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Gabriel Dávila Kurbán le da forma al tiempo en "Caral"

El músico sanjuanino continúa liberando material.

21 de diciembre de 2020

El espiral se cierra y se expande. En las selvas del Perú, Gabriel lleva el desierto de San Juan encima, tiempo sin escribir ni componer. Es cuando una melodía se empieza a repetir en su cabeza. El espiral se cierra. La pasa, la ejecuta. El espiral se expande. Intenta ponerle una letra, pero nada se siente genuino. El espiral se cierra. Vuelve al inicio, sin forzar nada. El espiral se expande.

Gabriel Dávila Kurbán sigue liberando material en esa transición hacia lo que viene. Esta vez lo hace con “Caral”, una producción de 2019.

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Según cuenta el músico, “no dejaba de repetirse, tenía palabras que parecían sueltas y una melodía y una armonía muy precisas, cambiantes y fijas; renovadas y conocidas; claras y lejanas. Sonaba todo el tiempo adentro mío y podía verla o escucharla cada vez con más detalle”.

Con un camino recorrido de estrofas perdidas, voces que desaparecen y un profunda curiosidad por el infinito, Gabriel finalmente publicó este 21 de diciembre de 2020 una de las versiones posibles de “Caral”.

La voz perdida

En esta pieza, Gabriel suena “de fondo” es que hay una voz que le da la identidad a la canción: su sobrina, Lucía Federica.

“Una noche, mi sobrina Lucía y yo nos quedamos solos en la casa de mis padres. Le pregunté si quería grabar la melodía de la canción para hacer algo juntos como un juego y ella aceptó. En menos de una hora y con una sonrisa permanente, Lucía había grabado tres veces la melodía principal y los coros. Al principio del track pueden escuchar que ella me pregunta ¿pusiste tu voz?"

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Mientras componía había una cuarta estrofa que no aparecía. Cuando grabaron sólo estaban las tres primeras y un cierre instrumental.

Pero, como en esta historia, las cosas tienen la costumbre de aparecer en un bolsillo. La estrofa apareció, llamó a Lucía y ella grabó esa estrofa final y algún detalle más en los coros.

“Probamos grabando todo el tema de principio a fin, pero notamos que su voz había cambiado en ese tiempo y se escuchaba mucho más madura. En las versiones anteriores se escuchaba claramente la voz de una niña que ella ya no era. Ambos decidimos honrar a la niña que era cuando hicimos esas primeras tomas y esas son las que quedaron, excepto por la última estrofa en la que ella buscó de manera consciente amalgamar su voz de ese momento con la de un tiempo atrás”, contó Gabriel.

La forma del infinito

Caral es la civilización más antigua de las que se tienen registro en América, cuna de las culturas andinas. Uno de los registros que permanecieron son las construcciones y los glifos con forma de espiral, figura utilizada en el logo turístico de Perú.

Sobre esta forma encara la composición Gabriel. “Caral” tiene un sonido que se repite, pero que es diferente. En ese artilugio matemático y mágico encierra no solo una canción con una poética inteligente, también una representación ancestral del tiempo.

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