La crisis le puso la soga al cuello a dos históricas empresas de San Juan

La difícil situación económica que atraviesa el país generó un cuello de botella para dos empresas sanjuaninas y las dejó al borde del abismo. En Loma Negra despidieron a 25 trabajadores y decidieron cerrar así un sector de su producción. Mientras que en Tía Maruca, la fábrica de galletitas, las deudas rondan los $300 millones y le pidieron a la Justicia la autorización para realizar la convocatoria de acreedores.

“A Loma Negra le es más viable traer material que producir en San Juan. Por la grave situación que atraviesa el país, la empresa no está dispuesta a realizar la inversión para reparar los hornos y tomó la decisión de apagarlos”, dijo en AM 1020 el secretario general de AOMA, Iván Malla.

Son 25 las personas despedidas por el cierre del “Sector Cemento” de la fábrica de Rivadavia. “Una parte de la producción no se hará más en la provincia, pero si continuará la molienda y el fraccionamiento”, comentó con pesar una alta fuente oficial. Al mismo tiempo llevó tranquilidad al resto de los trabajadores al decir que “por ahora no esperamos más despidos”.

Loma Negra es la empresa líder en producción y comercialización de cemento en Argentina. Desde 1959 producía en San Juan y ayer tomó la decisión de apagar sus hornos por falta de rentabilidad dejando en la calle a 25 trabajadores. A pesar de esto, desde el Gobierno, resaltaron que la firma continuará operado en la provincia.

La situación de Tía Maruca, la fábrica de galletitas de Albardón, no es menos complicada pero, por ahora, no hay ningún trabajador despedido. La firma se presentó ante el fuero Comercial de San Juan para solicitar la apertura del concurso de acreedores con la intención de cubrir sus deudas que, según informaron medios nacionales, ronda los $300 millones.

En diálogo con DIARIO HUARPE, el magistrado Javier Vázquez, adelantó que “la semana próxima podría existir una resolución sobre el pedido de la empresa. Primero debemos analizar 14 cajas de documentación”.  Sobre el monto de la deuda prefirió no dar precisiones hasta tanto termine el estudio de toda el papeleo presentado, aunque sí aclaró que “la fábrica de galletitas tiene dos caminos, la refinanciación de sus pasivos o la quiebra”.  

Desde el Gobierno dijeron en relación con escenario que atraviesa la fábrica de galletitas “que la noticia se diera a conocer en medios nacionales es contraproducente. Con esto los proveedores dejaran de mandar insumos y los compradores buscarán otras alternativas. La situación no es la mejor, pero la empresa quiere pagar sus deuda y seguir produciendo como lo hizo hasta el momento”.  

A julio pasado, y según los registros del Banco Central, la cadena presentaba un oscuro panorama con una deuda bancaria de $133,7 millones, de los cuales el 12% (poco más de $15,6 millones) está en situación 3 "con problemas/riesgo moderado", y otro 4% ($5 millones) en situación 5 con alto riesgo de insolvencia/ riesgo alto".

Adicionalmente, sumaba 500 cheques rechazados por un total de $127,8 millones. Con ese marco, el 2 de agosto pasado, la sociedad presentó el pedido de apertura de su proceso concursal y el de su controlada Dilexis S.A. Sus ejecutivos habrían optado por esta protección judicial al comprender que se trata de la mejor opción para enfrentar la crisis, ordenar las finanzas, intentar repagar su deuda e iniciar un proceso de recuperación societaria que le permita mantener su estructura actual y a la totalidad de su personal que actualmente ronda los 340 trabajadores.

Tía Maruca nació en 1998 con una pequeña planta en la localidad bonaerense de Ramos Mejia y en la actualidad controla el 5% del mercado local de galletitas.