Lo condenaron a 12 años de prisión por abusar de la hija y la hermana de su novia

La Fiscalía Anivi consiguió este martes que un tribunal condene a un hombre de unos 25 años, M.W.I.F, por abusar sexualmente de dos niñas, de 10 y 11 años, hija y hermana de su novia. Los actos de vejación ocurrieron en Carpintería, localidad de Pocito.

El fiscal que investigó la causa fue Duilio Ejarque, ayudado por los fiscales Daniela Pringles y Benjamín Spatzer. A M.W.I.F. lo sentenciaron a 12 años de prisión por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado en perjuicio de la niña de 10 años, representada por su madre, la pareja del victimario, y abuso sexual simple en perjuicio de la nena de 11. 

Los abusos sexuales ocurrieron entre el 20 y 25 de abril de este año en la casa de las víctimas. El hombre había conocido a la madre y hermana de las víctimas en enero, a través de redes sociales. En marzo la conoció personalmente y se pusieron de novios. A los pocos días el condenado M.W.I.F se fue a convivir a la casa de su pareja, donde conoció a las niñas.

El imputado dormía con su pareja y las dos hijas de ella, de 10 y cuatro años, en una pieza en la que había una cucheta y una cama de una plaza y media. Cuando empezó la relación con la mujer, él dormía en la parte de arriba de la cucheta, mientras que su novia en la parte de abajo. Las nenas lo hacían en la otra cama y, cuando se dormían, el hombre aprovechaba para acostarse abajo con su pareja.

Pero esa armonía se acabó un día, cuando el imputado empezó a abusar de su primera víctima. Las primeras horas del miércoles 21 de abril, M.W.I.F. se había peleado con su novia, por lo que ella dispuso a acostarse con su hija de cuatro años en la parte de abajo de la cucheta y el sentenciado con la hija más grande en la cama de plaza y medio. Una vez que se aseguró que la denunciante ya dormía, manoseó las partes íntimas de la niña por arriba y por debajo de su ropa, hasta que finalmente le introdujo sus dedos en la vagina. La nena, atemorizada, solamente atinó a decir “mamá”, lo que hizo que su madre reaccionara y el hombre cesara para no ser descubierto. 

El sábado siguiente, M.W.I.F., en el cumpleaños de una amiga de su pareja, tuvo una nueva oportunidad para abusar de la niña. El imputado se sentó en una reposera junto a la víctima, como a las tres de la mañana. Aprovechando que estaban solos, se le acostó encima de su cuerpo, le dijo que estaba "rica" y la sometoió sexualmente por segunda vez. Los hechos salieron a la luz cuando el abusador se fue de la casa tras romper con la madre, que le preguntó a su hija qué le había hecho su expareja. Allí la menor le confesó lo ocurrido y luego, el viernes 30 de abril, ratificó sus relatos en Cámara Gesell. 

Meses después se conoció el caso de la segunda víctima del recientemente condenado, que resultó ser la hermana de su novia. La niña de 11 años vivía en una casa lindante y jugaba casi todos los días con la niña de 10, la primera víctima de M.W.I.F. El imputado vio la oportunidad para manosearla, una vez cuando fueron a comprar y otra vez en la habitación de su novia, cuando ella se bañaba. El hombre cerró la puerta de la habitación y ahí la tocó nuevamente.

La víctima nunca pudo contárselo a nadie, hasta que una vez se lo confesó a la otra niña de 10 años, quien se lo reveló a su madre. La Cámara Gesell de esta niña fue el 15 de julio pasado.

Este martes, tras arribar a un acuerdo de juicio abreviado, un tribunal conformado por Gema Guerrero, Celia Maldonado y Matías Parrón condenó M.W.I.F. a 12 años de prisión y le declaró la reincidencia.