TELAM
Los 10 laterales izquierdos más grandes de la historia del fútbol
Descubre a los 10 mejores laterales izquierdos de la historia del fútbol, desde Patrice Evra hasta Paolo Maldini. Un recorrido apasionante por los nombres que redefinieron el arte de defender y atacar desde el costado izquierdo.
POR REDACCIÓN
En el fútbol, hay posiciones que viven a la sombra de los goleadores, de los mediocampistas creativos o de los porteros heroicos. Sin embargo, los laterales izquierdos han sido durante décadas auténticos arquitectos silenciosos del juego. Defienden, atacan, interpretan el espacio, y muchas veces marcan la diferencia sin que su nombre aparezca en los titulares. En tiempos recientes, el fútbol no solo se disfruta desde la grada o frente al televisor: también se vive con intensidad a través del mundo de las apuestas deportivas, donde cada jugada, cada pase y cada defensa pueden cambiar el destino de una predicción y, para los aficionados que buscan vivir la emoción desde otro ángulo, la web ofrece grandes oportunidades, como el bono de bienvenida Betano. La emoción de analizar jugadores históricos, comparar estilos y anticipar resultados ha acercado aún más a los aficionados al corazón del juego. Esta es la historia de los diez más grandes, los que hicieron del costado izquierdo un territorio sagrado.
Patrice Evra, el alma competitiva del costado
Pocos futbolistas representan mejor el espíritu combativo del fútbol moderno que Patrice Evra. Nacido en Senegal y formado en Francia, Evra alcanzó su consagración en el Manchester United de Sir Alex Ferguson, donde combinó velocidad, liderazgo y una mentalidad ganadora que lo convirtieron en uno de los referentes de la Premier League durante casi una década. Con más de 80 partidos con la selección francesa, participó en Eurocopas y Mundiales, siempre dejando claro que su fortaleza no estaba solo en las piernas, sino también en el carácter. Evra no fue el más técnico, pero sí uno de los más consistentes y carismáticos.
Nilton Santos, la elegancia brasileña que cambió la posición
Antes de que Brasil se convirtiera en sinónimo de jogo bonito, Nilton Santos ya escribía poesía con sus pasos. Jugador del Botafogo y dos veces campeón del mundo (1958 y 1962), fue el primer lateral en demostrar que un defensor también podía atacar con inteligencia. Su manera de proyectarse al ataque rompió esquemas y redefinió el rol del lateral moderno. Nilton Santos no solo defendía; creaba. Su elegancia, su lectura del juego y su precisión técnica lo convirtieron en un pionero. En muchos sentidos, el “Enciclopedia del Fútbol” fue el blueprint de lo que años después harían Marcelo y Roberto Carlos.
Paul Breitner, el rebelde con causa
En los años setenta, Paul Breitner fue mucho más que un lateral. Con su cabello desordenado y su carácter contestatario, el alemán representaba una generación que no temía cuestionar las reglas. Breitner brilló tanto con el Bayern Múnich como con la selección alemana, ganando la Eurocopa de 1972 y el Mundial de 1974. Su capacidad para jugar como lateral o mediocampista, su disparo potente y su inteligencia táctica lo convirtieron en una figura irrepetible. Fue uno de los pocos jugadores en marcar en dos finales de Copa del Mundo (1974 y 1982), un testimonio de su impacto en la élite.
Ruud Krol, la mente táctica del fútbol total
Cuando se habla del “fútbol total” de los Países Bajos, el nombre de Ruud Krol es ineludible. Parte esencial del legendario Ajax de los años setenta y de la Naranja Mecánica, Krol fue un lateral izquierdo que entendía el juego con la cabeza. Capaz de jugar como central o líbero, su versatilidad reflejaba la esencia táctica del estilo holandés: movilidad, inteligencia y técnica. En el Mundial de 1978, fue capitán de una selección que deslumbró al mundo. Krol era un estratega con botas, un jugador que le daba sentido al caos organizado de aquel fútbol naranja.
Andreas Brehme, el hombre del gol eterno
Hay jugadores que se definen por un momento. Para Andreas Brehme, ese momento llegó en la final del Mundial de 1990, cuando marcó de penalti el gol que dio el título a Alemania frente a Argentina. Pero reducir su carrera a ese instante sería injusto. Brehme era un lateral ambidiestro, con una precisión quirúrgica en los centros y una capacidad de golpeo única. Pasó por clubes como el Kaiserslautern, el Inter de Milán y el Bayern, siempre dejando su sello de fiabilidad y carácter. Su equilibrio entre defensa y ataque lo convierte en uno de los más completos de la historia.
Marcelo, el arte de reinventar el lateral
Si Nilton Santos inventó el lateral ofensivo, Marcelo Vieira lo llevó a su máxima expresión. En el Real Madrid, durante más de una década, fue el motor creativo del costado izquierdo. Su técnica, su capacidad de improvisación y su conexión con Cristiano Ronaldo marcaron una era de éxitos sin precedentes: cinco Champions League y un legado imborrable. Marcelo no solo defendía: bailaba con la pelota. Su estilo, entre la samba y la geometría, cambió la percepción del rol del lateral en el siglo XXI.
Antonio Cabrini, el orgullo italiano
Antes de Maldini, Italia tuvo a Antonio Cabrini, un lateral elegante y seguro, símbolo de la Juventus y de la selección campeona del mundo en 1982. Cabrini combinaba disciplina táctica con una notable proyección ofensiva, algo poco común en su época. Era el defensor moderno en un tiempo clásico. Ganó todo a nivel de clubes y fue parte de esa generación dorada de la Juve junto a Scirea, Tardelli y Rossi. Con Cabrini, el lateral izquierdo italiano encontró su primer gran ídolo.
Giacinto Facchetti, el caballero nerazzurro
En la historia del Inter de Milán, pocos nombres brillan tanto como el de Giacinto Facchetti. Capitán, símbolo, caballero dentro y fuera del campo. Bajo la dirección de Helenio Herrera, fue pieza clave del “Grande Inter” de los años sesenta, ganador de dos Copas de Europa y múltiples títulos nacionales. Facchetti fue uno de los primeros laterales en dominar el arte de atacar con elegancia sin perder el equilibrio defensivo. Su figura alta y su zancada poderosa lo convirtieron en una presencia majestuosa por la banda. Fue también un modelo de deportividad, un ejemplo de que se puede ser competitivo sin perder la clase.
Roberto Carlos, potencia y espectáculo
Pocas imágenes son tan icónicas como la de Roberto Carlos corriendo por la banda a toda velocidad, con sus muslos de acero y su disparo imposible. El brasileño revolucionó el concepto del lateral ofensivo con su potencia, su energía inagotable y sus tiros libres imposibles. En el Real Madrid y en la selección brasileña, fue parte de una era gloriosa: campeón del mundo en 2002, tres veces ganador de la Champions y un espectáculo visual cada fin de semana. Roberto Carlos fue, y sigue siendo, sinónimo de pura fuerza y alegría futbolística.
Paolo Maldini, la perfección hecha lateral
En la cima de esta lista solo podía haber un nombre: Paolo Maldini. El eterno capitán del AC Milan, el hombre que convirtió la defensa en arte. Aunque jugó gran parte de su carrera también como central, su legado como lateral izquierdo es inigualable. Maldini combinaba inteligencia táctica, técnica depurada y una elegancia natural que lo hacían parecer siempre en control. Jugó más de mil partidos entre club y selección, ganó cinco Copas de Europa y encarnó los valores del fútbol limpio y profesional. No gritaba, no hacía gestos; hablaba con su juego. Para muchos, el mejor defensor de todos los tiempos.
El legado eterno del costado izquierdo
Mirando hacia atrás, lo que une a todos estos nombres no son los trofeos ni las estadísticas, sino algo más profundo: la interpretación del juego desde la humildad del sacrificio. El lateral izquierdo ha sido siempre el jugador que corre más que nadie, que sufre en silencio y que a veces solo aparece en las fotos de celebración. Pero cuando uno repasa los nombres de Maldini, Roberto Carlos o Facchetti, entiende que detrás de cada título hubo un hombre que hizo del esfuerzo una forma de belleza. Hoy, cuando el fútbol moderno exige laterales que sean extremos, mediocampistas y defensores al mismo tiempo, estos diez gigantes nos recuerdan que la verdadera grandeza no está en la fama, sino en la consistencia, la elegancia y el amor por el juego.