Marinero dice que no hace obras, porque debe sostener 1.500 contratados

El intendente de Iglesia y candidato a la reelección, Marcelo Marinero, dio declaraciones explosivas y hasta insólitas para justificar los problemas de gestión y el mal uso de la plata que recibió de la minería. “Para hacer obras, tengo que echar a 1.500 contratados”, se justificó, sin aclarar que fue él mismo y su hermano Mauro los que designaron esa cantidad de trabajadores. Por otra parte, si bien ensayó una especie de autocrítica, sostuvo que San Juan le debe “todo” a Iglesia y culpó al Gobierno provincial por los padecimientos de su administración.

Al cabo de 13 años, desde que comenzó la explotación de Veladero, Iglesia embolsó por regalías mineras más de $801 millones . En los últimos 11, el departamento ha sido gobernado por los hermanos Marinero: Mauro de 2007 a 2015 y Marcelo, desde ese año hasta hoy.

La ley dice que las regalías deben ser invertidas en obras de infraestructura que traigan un desarrollo sustentable. Sin embargo, los Marinero usaron gran parte para contratar personal y en infraestructura que no generó una transformación que haga soñar con que los iglesianos vivan de otras actividades el día que no esté la minería. A eso se suma que los opositores dudan de la legalidad de muchos de esos gastos.

En respuesta a la catarata de críticas que le caen, el bloquista contó en una entrevista en Radio Estación Claridad que “en la ciudad todos nos critican, pero acá la realidad es otro tema, yo para hacer obras públicas tengo que echar 1.500 contratados”. De esta forma, reconoció indirectamente que sigue aplicando fondos de las regalías a tomar personal y no en emprendimientos que generen un crecimiento sostenido para toda la comunidad iglesiana.

Del número que dio surge que en tan sólo un año subió a más del doble la cantidad de contratados y becas, ya que en abril de 2018 tenía 611 según lo que le informó el municipio a Hacienda. Eso lo mantiene, por lejos, al tope de los departamentos con más agentes en relación a su población.

La explicación llamó la atención, porque fue él y su hermano los que designaron semejante cantidad de empleados y los que generaron el desequilibrio. En definitiva, los responsables de que, supuestamente, no les quede plata para ejecutar obras de envergadura aun cuando contaron con un 70 u 80% recursos  de la mano de Veladero.

El intendente está complicado en su desafío de obtener la reelección en junio, ya que terminó segundo en las PASO detrás de su correligionario Jorge Espejo. Según dijo, es evidente que la su gestión municipal tiene algo que ver con el resultado electoral.

Después, le tiró toda la responsabilidad a la provincia. Además de responder que “si” cuando le preguntaron si su departamento se ha visto postergado por las gestiones centrales, afirmó que “yo no tengo un hospital y no es una cuestión municipal, la educación, la salud pública… nos tenemos que hacer cargo de todo”.

No fueron los únicos dardos a Paula y Libertador. “Iglesia le da a la provincia casi el 40% del PBI, gracias a Iglesia pueden estar haciendo el Gobierno que están haciendo”, disparó.

Su arremetida causó sorpresa en el ambiente político por dos razones. La primera, siempre destacó la gestión de Sergio Uñac y están en el mismo espacio, pero cada vez más lejos. La segunda y la más importante, es el mismo Marinero el que administra los extraordinarios fondos que dejó la minería y así todo, no lo plasmó en una gestión eficiente.

Aunque luego intentó enderezar la cosa al advertir que el Gobierno de Uñac está invirtiendo en el departamento y que hará un hospital, un acueducto y 130 casas, afirmó que se iría “todo al carajo” si echa a los contratados. Finalmente, en tono irónico, aseguró que nadie puede hacer creer que San Juan se puede sostener con “el tomate de Pocito”.