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Milei enfrenta la impaciencia de gobernadores aliados: quieren más plata
El presidente Javier Milei enfrenta un gran desafío ante la impaciencia de los gobernadores aliados, que acusan a las autoridades de dar lo mismo a “los peronistas”.
POR REDACCIÓN
En un contexto de creciente tensión política y económica, la relación entre los gobernadores provinciales y el Gobierno nacional de Javier Milei está al borde del colapso. Los mandatarios, que abarcan una diversidad de partidos políticos y alianzas, han expresado su frustración por la falta de recursos y el incumplimiento de promesas por parte del Ejecutivo.
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La situación se torna especialmente crítica en septiembre, un mes marcado por malas noticias económicas y votaciones sensibles en el Congreso que podrían complicar aún más el panorama para la Casa Rosada. Los gobernadores, muchos de los cuales firmaron el Pacto de Mayo, han intensificado sus reclamos por mayores recursos. Afirman que el incumplimiento de las promesas del Gobierno les dificulta cubrir sueldos, financiar obras y saldar deudas, incluidas las que deben a la Nación.
La discordia se acentúa por lo que algunos consideran un trato desigual por parte del Ejecutivo. Los mandatarios provinciales se quejan de que mientras algunos, como Ricardo Quintela de La Rioja y Gildo Insfrán de Formosa, reciben financiamiento y transferencias para proyectos específicos, a ellos se les deja sin respuestas adecuadas. “Nos tratan igual que a los malos”, lamentó uno de los gobernadores afectados.
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Desde la Casa Rosada, se defiende la postura oficial: “Los gobernadores viven llorando. A todos les damos lo que les corresponde, sin castigos. A cada provincia se le envía la coparticipación y las transferencias automáticas. Si dicen otra cosa, mienten”. Esta respuesta refleja el intento del Gobierno por minimizar las críticas y evitar confrontaciones abiertas, en un momento en que la política nacional se encuentra en un delicado equilibrio.
La situación es particularmente complicada para los 14 gobernadores de los 19 que firmaron el Pacto de Mayo, que incluyen tanto a miembros de Juntos por el Cambio como a peronistas de la línea moderada. A pesar de las tensiones, no se espera que rompan el acuerdo por el momento, en parte debido a la necesidad de asegurar votos clave en el Congreso para temas cruciales como el veto a la reforma jubilatoria, la designación de jueces de la Corte y el presupuesto.
Entre las quejas de los gobernadores se encuentran las complicaciones en la gestión de recursos para servicios esenciales y obras públicas, agravadas por problemas de transporte y subsidios que también complican la relación con el Gobierno central.
Con un panorama político y económico incierto, la relación entre el Gobierno y los gobernadores sigue siendo frágil, marcada por una creciente desconfianza y demandas insatisfechas. La resolución de esta crisis dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen en los próximos días en el Congreso y de la capacidad del Ejecutivo para manejar las tensiones con las provincias.