Robo de pasas: viñateros aseguran que se organizan para proteger la producción

“Para nosotros es un ahorro, como un plazo fijo, porque guardamos las pasas para ir vendiendo en el año. Pero en una noche te pueden sacar todo”. Así resumió lo que significa para los viñateros un robo de pasas el productor Juan Manuel Coria, que tiene finca en el Mogote.

Si bien el productor este año no sufrió un ataque de este tipo, ya se vio un golpe a un finquero de San Martín: le robaron dos toneladas de pasas, que la Policía encontró este domingo escondidas entre los matorrales de otra finca en Caucete. Es en esta época del año cuando más se producen porque los ladrones aprovechan sobre todo el fin de la vendimia y el inicio del secado para atacar a los productores.

Coria contó a DIARIO HUARPE que no son robos improvisados, sino un golpe comando con inteligencia que les lleva días o semanas. En la mayoría de los casos aprovechan cuando la uva está secándose al aire libre, llega una cuadrilla y se lleva toda o casi toda la producción. A veces alquilan camiones para poder cargar con las bolsas o cajones de pasas.

Si bien la temporada alta de robos es cuando están en los secaderos, se han visto robo de los galpones, que abren por la fuerza para poder llevarse el producto ya embolsado. Hace unos años, recordó, a un productor le robaron 11 bines de pasas completos.

“Saben los horarios, si la finca se queda sola de noche van de noche, pero si por ejemplo el productor contrató un sereno pero el secadero queda sin vigilancia en la siesta, tarde o mañana, van cuando saben que no hay nadie”, explicó Coria. Esto significa para los productores tener que sumar un gasto extra de contratar seguridad privada.

Durante la noche, que es cuando se dan la mayoría de los robos, los productores que pueden contratan un sereno que esté desde las 20 a las 6 de la mañana, lo que les cuesta unos $5000 por día. En el día, contó Coria, prefieren tener turnos rotativos, “para que no sepan cuándo hay gente en la finca”. Pero hasta en estos casos, todavía se encuentran con robos, que creen que contaron con ayuda “interna”.

Buen precio y una producción tradicional, dos factores clave

La pasa tuvo durante los últimos años un buen valor, a veces mejor que el de la uva fresca. Además permite guardar la fruta y venderla cuando sea más rentable o al momento en el que el propietario necesita liquidez. Por eso algunos viñateros que no se dedican a producir industrialmente, apartan un porcentaje para hacer pasas y guardarlas como ahorro.

Esta temporada pocos productores han dejado uva para secar, debido a que el precio de bodega era un poco más conveniente. Las bodegas pagaron entre $80 y $100 las uvas criollas y poco más de $200 las finas. A la pasa hoy le pueden sacar U$D 0,85 O U$D 2,5 al tipo de cambio oficial, con IVA incluido.

Consultado por DIARIO HUARPE, Eduardo Garcés de la Federación de Viñateros aseguró que el problema es que "existen compradores" para la mercadería robada. El productor explicó que es algo habitual el robo de pasas y que algo similar sucedió hace décadas con las aceitunas. "Pedimos que se identificara a todos los vendedores y así bajó el robo", aseguró. 

El secado de forma tradicional es en parte lo que deja vulnerables a los paseros, explicó Garcés. Esto se debe a que utilizan piedras o malla para dejar al sol la uva y tiene que estar necesariamente al aire libre. Por eso es más común que se dé entre viñateros más chicos.