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Economía > Crisis hídrica

Sequía en San Juan: viñateros son el sector menos tecnificado para regar

El objetivo es terminar el 2023 con el 50% de la superficie cultivada con riego por goteo, pero para llegar deberán asistir a la vid. Otros sectores tienen hasta el 95% con sistemas modernos. 

12 de abril de 2023

Para el 2023, el Gobierno de San Juan se propuso un objetivo fuerte en cuanto a riego: quieren terminar el año con un 50% de la superficie cultivada regando con sistemas tecnificados, en especial goteo. Pero el gran desafío para cumplir este proyecto es que el cultivo más tradicional y también el que más superficie ocupa en la provincia es el menos tecnificado de todos: la vid.

Según un informe que presentó durante la última reunión de la Mesa del Agua el ministro Ariel Lucero, los viñateros y viticultores sanjuaninos solo tiene un 20% de sus hectáreas regando con tecnología que les permita ahorrar agua. Ante esto, explicó el funcionario en diálogo con DIARIO HUARPE, decidieron crear un nuevo programa para impulsar al sector a que se tecnifique.

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Un problema histórico y una solución desde la formación

De las 43.500 hectáreas de vid, 34.800 todavía usan sistemas tradicionales, como el riego a manto. Este cultivo queda entonces muy por detrás de otros, como el pistacho que tiene un 98% de riego tecnificado, el tomate 97% o el olivo 90%. También significa que, ante la falta de una modernización de la vida, hay un porcentaje muy alto del agua que termina perdiéndose por falta de eficiencia. Es que en el riego por gravedad el 45% del recurso se aprovecha y en goteo, por ejemplo la planta recibe el 90% del agua.

Según calculan especialistas, hacen falta 2.000 mm de agua por hectárea al año para regar por gravedad y 1.000 mm en el caso de goteo. Esto se traduciría en que, si la vid se tecnificara, San Juan utilizaría 348 hm³ (hectómetros cúbicos) menos de agua por año, un 64% de lo que trajo la temporada pasada el río San Juan.

“Los cultivos nuevos nacieron implementando estos sistemas, como es el caso del olivo, el tomate, el pistacho o incuso las nuevas zonas implantadas de la vid, como Pedernal o Calingasta”, puso de ejemplo el ministro. Pero esta situación no sucede con las zonas tradicionales de producción vitivinícola.

Para Lucero, este problema tiene que ver con que la vid es una producción histórica y buena parte de la superficie lleva varias generaciones trabajando. Esto hace que la tecnificación sea más difícil para los dueños y muchas veces tiene que ver también con la necesidad de un cambio cultural.

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Por eso, incluso con las herramientas financieras, muchos productores no realizan todavía la inversión necesaria para hacer el cambio en el riego. Durante 2022, en San Juan la superficie con riego por goteo aumentó al 10.5%, un récord, gracias a los créditos de tasas blandas. De las 3.382 hectáreas que sumaron tecnología, 1.490 fueron de vid, comparado con las que falta, la reconversión sigue lenta.

Por eso, el Ministerio de Producción decidió implementar otra ayuda a viñateros: capacitación y asistencia para atravesar el proceso más fácil. “Nos dimos cuenta de que la herramienta financiera no es lo único que hace falta, sino también un acompañamiento técnico, así que firmamos un convenio con el Centro de Ingenieros Agrónomos”, explicó.

Será un programa en que el ministerio aportará fondos para armar comisiones de ingenieros, técnicos agrónomos y estudiantes avanzados para que trabajen directamente con los viñateros. Será un servicio gratuito que le darán a productores locales, a través de una inscripción y en distintas etapas. Está previsto tanto para quienes hayan pedido un crédito para cambiar el riego como aquellos que quieran hacer la inversión con sus propios fondos.

Según Lucero, tienen previsto iniciar la formación de los grupos de profesionales empezarán en las próximas semanas y quieren avanzar en los primeros acompañamientos gratuitos también en el corto plazo. Las comisiones conformarán grupos de asistencia permanente y uno de los encargados de la coordinación será Alfredo Olguín, integrante del Centro de Ingenieros Agrónomos, que también trabaja en el INTA y se especializó en investigación riego presurizado.

Los profesionales estarán a disposición para diseñar el sistema de riego, determinar qué equipamiento es necesario, la instalación y reparación. Pero también, desde el ministerio quiere que los acompañen para aprender a fertilizar y regar en simultáneo, un proceso que solo es posible con el goteo, el control de malezas y otros aspectos técnicos que son distintos durante la tecnificación.

Así, esperan que el techo que impone en la actualidad la producción de vid a la tecnificación del riego desaparezca y puedan avanzar hasta las 40.000 hectáreas en 2023 y de ahí seguir para alcanzar el 100%.

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