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San Juan volvió a producir árboles nativos

San Juan volvió a producir árboles nativos. Ambiente destinará esos árboles para recuperar zonas dañadas por incendios, sequía u otras degradaciones.

POR REDACCIÓN

01 de enero de 2024

El Vivero de Plantas Nativas del Parque de la Biodiversidad comenzó la producción de árboles autóctonos. Este proyecto, centrado en la producción de especies nativas del monte, marca un paso importante hacia la recuperación y preservación de la diversidad biológica en la región.

Entre las especies notables que se cultivan en este vivero se encuentran la brea, espinillo, tusca, lagaña de perro, algarrobo blanco y dulce. Estos árboles nativos, una vez alcanzada la madurez, serán destinados a la Secretaría de Ambiente y distribuidos a instituciones comprometidas con la conservación del entorno natural.

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El proceso de producción comienza con el conteo y pesado de las semillas. Para evaluar con precisión el porcentaje de germinación, se lleva a cabo este procedimiento en lotes de semillas múltiplos de 100. A medida que se avanza en el tratamiento de cada especie, se implementa la técnica de escarificación, que implica pequeños cortes en la cubierta de las semillas para facilitar la entrada controlada de agua. Posteriormente, las semillas pasan por un proceso de hidratación durante 24 horas y se colocan en germinadores durante 3 a 5 días para impulsar el inicio del proceso germinativo.

La fase siguiente incluye la siembra de las semillas en macetas pequeñas llenas de tierra negra, proporcionando un sustrato blando que favorece tanto la germinación como el crecimiento inicial de las plantas. Después de 15 a 20 días, se realiza el repique, trasladando los plantines al macetín definitivo con un sustrato más arenoso para un drenaje eficaz del agua y ajustándose a las necesidades específicas de cada planta.

Los plantines experimentan un período de cuidados intensivos y supervivencia de cuatro meses en el invernadero. Posteriormente, se lleva a cabo su traslado al rusticadero, donde comienza el proceso de aclimatación al entorno natural. Este meticuloso procedimiento asegura la calidad y vitalidad de las especies, garantizando un aporte exitoso al rico ecosistema del vivero.

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