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Huarpe Deportivo > Siete viviendas

Sin cloacas y de madera: las casas que Tapia le entregó a los inundados de Bahía Blanca

Las siete casas prometidas por Chiqui Tapia a los inundados de Bahía Blanca ocultan una realidad de extrema precariedad y servicios mínimos.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Viven sin cloacas y les quitaron la única cancha comunitaria.

La inundación que devastó Bahía Blanca el 7 de marzo de 2025 dejó una huella de destrucción, con familias que perdieron todo. En medio de esa emergencia, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) anunció un gesto de gran visibilidad: donar una casa por cada gol de la Selección mayor. El presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, prometió públicamente que estas serían una solución habitacional digna para los damnificados.

La Selección cumplió con cinco goles en partidos oficiales (cuatro contra Brasil y uno frente a Uruguay), a los que se sumaron dos más de un amistoso contra la Sub-20, totalizando siete casas. Sin embargo, la respuesta concreta a la tragedia se transformó en una nueva fuente de frustración para los beneficiarios.

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Las viviendas se entregaron tarde, entre fines de julio y principios de agosto, meses después de la catástrofe. Al recibirlas, la sorpresa fue mayúscula: no eran la solución digna esperada, sino casillas de madera extremadamente precarias. Estas estructuras carecen de aislación térmica y acústica, presentan filtraciones y fueron clavadas de manera rudimentaria. Las familias enfrentan condiciones extremas; una vecina relató en Telenoche que, cuando hay ráfagas fuertes, “la casa se mueve toda”, y otra agregó que “Si llega a haber un tornado como el de la otra vez, esto se levanta”. La falta total de hermeticidad se evidencia en sectores donde la luz del día entra directamente desde el exterior, exponiéndolas al frío, el viento y la lluvia.

El problema más grave que enfrentaron las familias, muchas de ellas con niños, fue la ausencia de servicios básicos. Durante meses, las casas no contaron con cloacas, obligando a los habitantes a hacer sus necesidades en baldes. Una mujer describió el impacto de esta situación: “Yo tenía el olor adentro de mi casa, en las cortinas, en todo”. Si bien se informó que semanas atrás comenzaron a realizarse pozos, al momento de los testimonios, la conexión definitiva aún no mostraba avances visibles.

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Dentro de la vivienda, la precariedad se mantiene: una sola habitación funciona como dormitorio, comedor y cocina, acompañada de un baño mínimo. Además, para instalar al menos tres de estas construcciones, se eliminó una pequeña cancha de fútbol que era usada por los chicos como espacio comunitario. Un vecino resumió el sentimiento general ante este hecho: “La AFA, que es fútbol, le sacó la cancha a los chicos”.

Las familias fueron incorporadas al programa con la promesa de que se trataba de una solución de emergencia y que, posteriormente, recibirían ampliaciones de material. Una de las mujeres que vive allí desde septiembre explicó que “Supuestamente nos van a dar una ampliación de 6 por 4, toda de material, y traer los materiales”. No obstante, esa promesa sigue sin concretarse.

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El contraste entre la situación de estas "casitas" y las noticias que giran en torno a los dirigentes del fútbol —mansiones, vehículos de alta gama y privilegios— amplifica la indignación. Para los vecinos, estas siete viviendas no representan la solidaridad anunciada, sino una respuesta tardía y deficiente. Aunque repetían que “No esperábamos un palacio, pero sí algo digno”, hoy son conocidas entre quienes las habitan como “las casas de la vergüenza”.

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