Sin hornos disponibles, sanjuaninos tuvieron que mandar cadáveres a cremar a Mendoza

Por el protocolo para casos de fallecidos por Covid-19 la cantidad de cremaciones de cadáveres en San Juan se disparó, pero en el momento crítico el único habilitado de la provincia se rompió. La única alternativa privada todavía no consigue la habilitación y eso puso a los sanjuaninos que sufrieron una pérdida por la enfermedad en una situación difícil: conseguir un lugar bajo tierra o mandar los restos del ser querido a Mendoza a cremar.

Durante tres semanas al dolor de perder a alguien por coronavirus se le sumaron complicaciones porque debían cumplir el protocolo de manejo de cadáveres. Por las recomendaciones de Salud solo se puede poner bajo tierra o cremar los cuerpos de los que tuvieron la enfermedad. Los nichos, más comunes en cementerios municipales, estaban descartados.

Esto significó para muchos buscar una alternativa rápidamente para hacer el sepelio. Además, sumaba gastos para los familiares, ya que en caso de tener un nicho ya comprado debían buscar otra opción y pagarla. Mientras el horno crematorio de Rawson funcionaba se convirtió en una solución bastante más económica, ya que el servicio costaba $12.000, pero cuando este se rompió el 3 de diciembre, dejó de ser una opción.

Un horno roto, el otro clausurado

El crematorio de Rawson sufrió las consecuencias del avance del Covid. De hacer dos o tres cremaciones semanales pasó a tres o más por días. El pico fue en noviembre, en simultáneo con las semanas en las que hubo más casos y más fallecidos por coronavirus en San Juan.

La rotura es grave, ya que se fracturó la losa superior del horno, y requiere del trabajo de un grupo de especialistas de Buenos Aires, que fueron convocados a principios de diciembre. Pero por la cantidad de solicitudes que tiene la empresa en todo el país pasó un mes completo y los técnicos no llegaban a San Juan. Alfredo Delfor, secretario de Obras de la Municipalidad de Rawson confirmó a DIARIO HUARPE que recién después del 11 de enero iban a llegar los técnicos.

Como no hay hornos disponibles, la vecina provincia del sur se convirtió en una opción para mandar a cremar los restos.

Una alternativa era utilizar el único crematorio privado que tiene San Juan, que está ubicado en Rivadavia. Pero la empresa no contaba con la habilitación del informe de impacto ambiental por parte de la Secretaría de Ambiente de la provincia.

Este medio contactó con las autoridades de Ambiente y desde allí explicaron que hubo semanas en las que el crematorio privado funcionó, pero lo hizo sin la habilitación. “Cuando supimos que estaba trabajando se lo clausuró, porque todavía no tenía el Ok administrativo”, explicó José Espinoza, segundo de la cartera.

La Declaración de Impacto Ambiental es la que certifica la seguridad del trabajo y uno de los puntos más importantes es que la empresa debe demostrar que no está emitiendo gases tóxicos. Es que durante la cremación se liberan algunas sustancias que pueden ser peligrosas y contaminantes, pero esto se soluciona con un sistema de lavado de gases. El horno de Rivadavia contaría ya con esto instalado, pero necesita tener todavía el visto bueno de Ambiente y ese es el trámite que no avanzó.

En las próximas semanas esperan desde la cartera que se avance algunos pasos y que el crematorio pueda empezar a funcionar oficialmente.

Cadáveres a Mendoza

Las familias que perdieron a un ser querido por Covid que no contaban con una parcela en un cementerio parque tuvieron que llevar el cadáver a cremar a Mendoza. Este era el sistema que se utilizaba antes de que existiera el horno del Cementerio Municipal de Rawson y tiene un costo elevado. Durante diciembre se empezó a ver en los avisos fúnebres de un diario sanjuanino como cada vez más personas recurrían a los hornos mendocinos para poder preparar los restos de sus familiares para su último destino.

Esto estuvo a cargo de las funerarias, DIARIO HUARPE consultó con Salud Pública y desde ahí aseguraron que la responsabilidad de los hospitales llega hasta la entrega del cuerpo a la familia. Desde ahí las empresas les daban las opciones de conseguir una parcela en tiempo récord o continuar con el plan de cremación pero esta vez en Mendoza.

Contra todo sentido común, llevar un cadáver a la vecina provincia, cremarlo y traer nuevamente las cenizas es más barato muchas veces que conseguir de apuro un lugar para enterrar el cuerpo. Es que las parcelas en San Juan rondan entre los $80.000 y los $120.000 y el envío a Mendoza está en $27.000 si quieren que se realice la cremación y entrega en el mismo día o $15.000, pero la versión más barata puede demorar hasta tres días. Con los restos ya cremados la gente puede utilizar el nicho con el que muchas ya contaban.

Tener que decidir y solucionar todos estos temas en medio de un momento de dolor provocó, aseguraron desde una funeraria sanjuanina, muchos momentos de tensión. Es que incluso algunos debieron demorar la despedida algunos días hasta que pudieron solucionar estos problemas y finalmente consiguieron darle el descanso merecido a los seres queridos.