POR REDACCIÓN
30 de octubre de 2019
La forma de evitar el aumento de las emisiones de carbono, causadas principalmente por la expansión agrícola, la tala, la infraestructura y los incendios, es preservar y sostener la superficie de bosques tropicales primarios, advirtió un estudio publicado hoy en la revista científica Science Advances. Según las mediciones, quedan 225 mil hectáreas de bosques tropicales primarios o "intactos" que almacenan alrededor del 40% del carbono sobre el suelo que se encuentra en todos los bosques tropicales. Según el relevamiento, la extensión global de los bosques intactos se redujo en un 7,2% solo entre 2000 y 2013. El estudio, reseñado por la agencia DPA, señala que "la tala directa de bosques tropicales primarios resultó en solo un 3,2% de las emisiones brutas de carbono de toda la deforestación en los trópicos". Sin embargo, cuando se tuvo en cuenta la contabilidad completa del carbono, "la tala selectiva, los efectos de borde y la disminución de los árboles densos en carbono y la caza excesiva de animales que dispersan semillas, la cifra se disparó por un factor superior a seis veces". El autor principal del estudio, Sean Maxwell, señaló que estos resultados "revelaron que la destrucción continua de los bosques tropicales intactos es una bomba de relojería para las emisiones de carbono", y afirmó que "hay una necesidad urgente de proteger estos paisajes porque juegan un papel indispensable en la estabilización del clima". Tom Evans, coautor del informe, precisó que "el valor relativo de retener áreas de bosque tropical intacto aumenta si uno toma una visión a más largo plazo y considera el estado probable de los bosques del mundo para mediados de siglo, una fecha histórica en el Acuerdo de París". Los autores señalaron que "se necesita un análisis comparable para los bosques intactos fuera de los trópicos, como los bosques boreales de Canadá y Rusia, dado que aproximadamente la mitad o dos tercios de las extracciones de carbono en los ecosistemas intactos de la tierra ocurren fuera de los trópicos". Según la organización Greenpeace, "los bosques primarios, o paisajes forestales intactos, son grandes áreas forestales vírgenes que albergan buena parte de la biodiversidad terrestre y constituyen enormes almacenes de carbono". Esta ONG ambientalista denunció que "en el año 2013 los paisajes forestales intactos cubrían 11,81 millones de km2, localizados mayormente en Canadá, Rusia, Brasil, República Democrática del Congo e Indonesia. Tristemente, están siendo destruidos o degradados por la actividad humana". "Sin este servicio de limpieza global, el CO2 de las actividades humanas se acumularía en la atmósfera mucho más rápido que en la actualidad", afirmaron Mawwell y Evans. Por su parte, el investigador James Watson señaló que "el potencial de mitigación climática de la retención de bosques intactos es significativo, pero sin una acción proactiva de conservación por parte de los gobiernos nacionales, con el apoyo de la comunidad global, este potencial continuará disminuyendo". "Al menos el 35% de los bosques intactos estudiados son el hogar y están protegidos por pueblos indígenas", explicó en concordancia con Greenpeace. "Ellos son los verdaderos guardianes de estos territorios, por lo que la pérdida de estos bosques es también la desaparición de culturas indígenas. Salvar estos bosques debe ser una prioridad para todos los países", consignó la ONG. Greenpeace agregó, desde su página web, que "la principal responsable de este problema es "la expansión de la frontera agrícola y ganadera para la producción de materias primas (soja, aceite de palma, carne, caucho, caña de azúcar, papel, madera, etc
), la explotación maderera, los megaproyectos hidroeléctricos, la minería y la explotación petrolífera".
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