"Archipiélago de adobe" el mural que llena de orgullo a los jachalleros

 “Archipiélago de adobe” es el mural que realizaron muralistas jachalleros en el marco de los 60 años de la Fiesta Nacional de la Tradición. Ubicado en la intersección de Rawson y San Juan, la pieza artística de Iván Manrique y Federico Peralta no solo es una muestra de arte visual, sino que conforma una estampa de las imágenes y elementos que conforman al orgullo jachallero.

Manrique, de 46 años y pronto a recibirse de la carerra de Artes Visuales de la UNSJ, comentó a DIARIO HUARPE que la imagen pertenece a su colección Vestigios-Archipiélago que expone en la galería Artify. En esta oportunidad, representadas como islas flotantes en un potente cielo azul, se encuentran elementos como la rueda del Molino de Huaco, una compuerta de riego y un poste de luz.

La imagen en si parece sacada de un realismo mágico al cual alude Iván. El mural está realizado en la técnica mixta de acrílico y dibujo.

Junto con Federico Peralta, los muralistas fueron convocados por Emiliano Rubia, director de Cultura del departamento. Quien comenzó la iniciativa, fue Vanesa Aballay, que sugirió al artista.

Algo más que un dibujo

La posibilidad que un departamento, que un pueblo, tan orgulloso de su identidad como el jachallero pueda nombrarse a si mismo y reflejarse en su arte hacen que el mural tenga otro valor. Iván cuenta que mientras pintaban, no solo se acercaban para felicitarlos por su talento, sino también para darles agua, tortitas al rescoldo, o un mate.

Es que Ivan ahora vive en Santa Lucía, en “la ciudad” y regresar a sus pagos, se ha convertido en un suceso. Ser profeta en su tierra es algo escaso, e Iván lo pudo vivir.

“Es muy emocionante que sin conocerte te feliciten, te demuestren el cariño. ME han llegado a invitar a la Fiesta de la Tradición, me dijeron de “guardarme un lugar”, tanta generosidad en tan poco tiempo ha sido increíble”, comentó Manrique.

Un universo arraigado

La obra del muralista nace en Jáchal, no sólo por su origen sino por los elementos que se utilizan. Los colores terrosos, los espacios a los que evocan son de ahí. Los mismos pájaros, los mismos azules, las mismas texturas irregulares, forman parte del universo que propone el artista.

De esta manera, el mural se nota genuino algo que los vecinos manifiestan con gratitud.