Cambio en la medición de la inflación: en San Juan creen que será acertado

El gobierno de Javier Milei ha propuesto un cambio en la fórmula para medir la inflación por parte del Indec. Según lo que será analizado por el Fondo Monetario Internacional, las provincias y el Gobierno nacional, la nueva medición del índice de precios al consumidor (IPC) intentará brindar mayor detalle en una nueva escala que medirá el aumento o disminución de los bienes y servicios analizados. En este contexto, economistas de San Juan creen que el cambio aportará cifras más certeras, aunque algunos repararon que el país no está en su contexto ideal para la modificación anunciada.

Según los expertos, la propuesta implica una modificación técnica en la canasta básica de alimentos utilizada como referencia para calcular el índice de inflación. En este sentido, algunos productos serán eliminados de la canasta, mientras que otros serán incluidos y se modificará su peso relativo. Por ejemplo, el rubro de alimentos, que actualmente representa el 27%, pasará a tener una participación del 35% con el cambio propuesto. En contraste, el rubro de indumentaria y calzado, que actualmente tiene un peso del 33%, disminuirá al 24%.

Estos cambios reflejan una actualización de la canasta de bienes que se utiliza como referencia, lo cual inevitablemente impactará en el índice de inflación. Sin embargo, el impacto exacto en la dirección del índice (al alza o a la baja) dependerá de la nueva composición de la canasta.

Coria Lahoz dijo que "aunque este cambio es de naturaleza técnica, se espera que brinde una mayor certeza en la medición de la inflación". Imagen de archivo.

“Aunque este cambio es de naturaleza técnica, se espera que brinde una mayor certeza en la medición de la inflación. La actualización de la canasta de bienes es necesaria para reflejar de manera más precisa el comportamiento de la población y los gastos de una familia tipo en la actualidad”, afirmó el economista Eduardo Coria Lahoz a DIARIO HUARPE.

Consultado por este medio, Luis Aveta, economista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de San Juan, dijo que si bien no había analizado en profundidad el cambio, “era evidente que los patrones de consumo evolucionan con el tiempo”. En este sentido, señaló la importancia de dar mayor relevancia a cada consumo para lograr una determinación más “precisa y ponderada” en el índice de inflación.

Aveta explicó que los cambios en las preferencias de consumo deben reflejarse en el índice de inflación. Por ejemplo, mencionó que la venta de automóviles ha disminuido, mientras que las terceras marcas de fiambres y fideos han ganado popularidad. Sin embargo, estos últimos productos no han sido ponderados adecuadamente en el índice, lo que podría generar distorsiones en la medición de la inflación.

“El cambio en la forma de medir la inflación plantea la necesidad de adaptarse a los nuevos patrones de consumo y corregir posibles errores en la ponderación de los productos. Los economistas reconocen que siempre existen errores en los métodos de medición y que, en ocasiones, la política puede influir en la presentación de cifras más favorables. Sin embargo, en teoría, este nuevo cambio podría brindar mayor certeza en la medición de la inflación”, agregó.

Aveta planteó la necesidad de adaptarse a los nuevos patrones de consumo. Imagen de archivo.

Por su parte, Pablo Padín destacó dos puntos de vista principales. En primer lugar, planteó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se basa en una presunción de la media del consumo de la población y las familias tipo. Sin embargo, reconoció que a lo largo de los años, los hábitos de consumo han cambiado significativamente.

“Factores como la comunicación, el entretenimiento y la alimentación han experimentado transformaciones, lo que ha llevado a la sustitución de ciertos productos por otros. Por eso sería beneficioso realizar revisiones periódicas de las estadísticas para que se ajusten más a la realidad cambiante”, afirmó.

Por otro lado, el economista planteó la preocupación de que, en el contexto actual, introducir cambios en la forma en que se confecciona el IPC pueda generar “desconfianza” debido a las distorsiones que han ocurrido en el pasado. “En la historia hubo gobiernos con diferentes posiciones políticas que han manipulado las estadísticas, y eso ha afectado la credibilidad de los datos”, amplió.

Padín dijo que el país no está en su contexto ideal para la modificación en la fórmula de la inflación. Imagen de archivo.

Dado que la inflación es un tema de gran relevancia y observado tanto por la población como por diversos actores económicos, Padín expresó la necesidad de "mantener la confianza en la medición actual del IPC antes de considerar ajustes". Pero coincidió con los demás consultados, al mencionar que el cambio puede ser “certero” si se hacen las cosas de forma correcta.

Qué se sabe de la nueva fórmula

La nueva fórmula buscará brindar mayor detalle en una nueva escala que medirá el aumento o disminución de los bienes y servicios analizados. Por este motivo, se implementaría la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017-2018 en lugar de la encuesta actual utilizada para el IPC. Esta actualización implicará una mejora significativa en la precisión de los datos utilizados para calcular la inflación.