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Provinciales > 2 de abril

Una vigilia eterna: cómo fue para los familiares de caídos e Malvinas esperar noticias suyas

Dos historias de cómo fue esperar a los soldados durante la guerra. Crónicas de espera.

02 de abril de 2023

Día 2 de abril de 1982, inicia la Guerra de Malvinas. Las fuerzas armadas Argentinas comienzan un plan de recuperación de un territorio ocupado por Reino Unido.

Acá dos historias de los que esperaron. De los que quedaron de este lado del conflicto, ¿cómo era aguardar? ¿Cómo pasaban los días? ¿Cómo se vivió la incertidumbre?

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Hija de la guerra

Anahí Moreno tiene 41 años, los mismos que pasaron desde el inicio del conflicto. Cuando sucedía tenía siete meses. Es hija del soldado Waldo Eduardo Moreno, caído en el hundimiento ARA General Belgrano. Anahí es la voz de un relato de una memoria que se construyó mientras crecía.

“Vivíamos en Puerto Belgrano, después nos vinimos”, inicia su testimonio. “Mamá se enteraba, además de las noticias como todos, por correspondencia. Se mandaba cartas con papá y mantenían comunicaciones por telegrama”, dice. 

“Todos los días se iba caminando hasta el puerto caminando a buscar noticias”, continúa.

Ahí nacía un peregrinaje cotidiano. Con el viento contra la cara y el pelo ondeando por la violencia de la costa. Una mujer, con Anahí recién nacida, mantiene una espera latente.

Mientras el conflicto sucedía, allá, bien en el sur. Entre explosiones y bombardeos, la llegada de una carta traía algo de certeza.  

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El 2 de mayo, el submarino ARA General Belgrano era hundido. “Cuando mamá se enteró de que lo habían hundido, estaba en la calle, se desmayó y se despertó en casa”, continuó.

“Para mí la espera vino después. A los cinco años fui consciente de que mi papá había ido a defender las islas y había dado la vida por su país. Recién en 2019 pude viajar a las islas y, gracias a la gestión de Fabiola Aubone, puede viajar en lancha y dejé dos rosarios con los colores argentinos. De esa manera pude armar mi duelo”, relató.

Anahí es un registro de cómo se construyen memorias y relatos. Ella misma fue creciendo e insiste en “malvinizar” la memoria, que no se estanque en un monumento ni en el frío mármol. Que se viva la memoria, que circule. Ya no es tiempo de espera, es tiempo de honrar.

El primer caído

Miguel Montaño es hermano de Agustín Montaño, el primer sanjuanino caído en Malvinas. Agustín se desempeñaba como mecánico de avión, y murió cuando estaba sobre un Pucará, en Puerto Darwin, tratando de hacerlo arrancar.

Sin embargo, la familia de Montaño, en un principio, ni siquiera sabía que Agustín estaba combatiendo.

“Recién cuando nos enterábamos empezamos a estar atentos. Nuestra espera era en la mañana leer el Diario de Cuyo, en la tarde el Tribuna y por la tele en Canal Ocho. También escuchábamos la radio, una de Uruguay sintonizábamos, que por lo general sintonizaba mejor de noche”, recordó.

“Hasta que un día un Falcón Azul paró enfrente de casa. Nos pusimos tristes con mi mamá, porque sabíamos qué significaba”, comentó.

“Mi espera no fue durante la guerra, fue después. Una espera de respuestas, respuestas que salió a buscar ¿quién lo mató? ¿Cómo murió? ¿Dónde estaba su cuerpo?”.

En 2018 Miguel pudo conocer la tumba de su hermano. “Lloré cuando llegué, porque las preguntas se terminaban de responder”.

El cruce de información y las campañas de propaganda volvieron espectacular un conflicto en el que 23 sanjuaninos murieron por su país. Durante ese tiempo la espera, los retazos de datos y las fotos, eran un aliciente para los días de vigilia y espera.

Los testimonios mantienen y construyen la memoria. Este sábado comenzará la vigilia en el monumento a los veteranos y caídos. El domingo se descubrirá un busto que homenajeará a Agustín Montaño. Ahora la memoria tiene un rostro más.

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