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Llegó la vacuna al lugar con el aislamiento más duro de San Juan: un jueves de esperanza

La Residencia de Adultos Mayores empezó el cronograma de vacunación que les permitirá reunirse con sus familiares tras 11 meses de encierro total.

POR REDACCIÓN

18 de febrero de 2021

La noticia de que llegaban las vacunas para la Residencia de Adultos Mayores Eva Perón y otros lugares donde viven personas mayores de 60 por tiempo prolongado se convirtió en un grito de alivio y alegría en el edificio ubicado en Rivadavia. Lejos de ser un paso más del calendario, en el caso de la institución pública significó que los cerca de 150 residentes están más cerca de recuperar lo que la pandemia les quitó: los abrazos con familiares, paseos, encontrarse con sus amigos de otros sectores y hasta festejar los cumpleaños.

Este 18 de febrero se convirtió en un día histórico. Con la llegada de la primera tanda de vacunas, que aplicaron primero a los que viven en las áreas de mujeres y hombres, empezó el último tramo de este aislamiento total. En los próximos días seguirán las inmunizaciones de 8:30 a 15 hasta que estén vacunados todos los integrantes. Mañana seguirán con los que viven en enfermería y psiquiatría.

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Pero ya con este primer paso la alegría y la ansiedad fueron las reinas de la jornada. Sonia Recabarren, directora de la Residencia de Adultos Mayores, aseguró a DIARIO HUARPE que apenas empezó el día los residentes ya estaban esperando su dosis. “Cuatro de ellos nos dijeron que no iban a sentarse a desayunar sin que antes les pusieran la vacuna”, contó. Se trató de Rogelio Pi, José Bernal, Santiago Echauque y Héctor Ontiveros, que integraron el primer quinteto que vacunaron. La ansiedad es comprensible, porque para ellos recibir la inyección significa el principio del fin del aislamiento.

El fin de un año sin abrazos

El pasado 12 de marzo de 2020, antes de que se declarara oficialmente el aislamiento obligatorio en todo el país, las autoridades del hogar tuvieron que tomar una difícil decisión. Ese día, teniendo en cuenta que en la institución viven todas personas de altísimo riesgo, anunciaron que iban a cerrar por completo las puertas a visitas y salidas. Le propusieron a quienes estaban la posibilidad de volver con sus familias por el tiempo que durara la extrema medida, pero la mayoría decidió quedarse.

Así pasaron los últimos 11 meses, lejos de sus seres queridos. Incluso separaron en grupos de residentes mujeres, hombres, psiquiátricos y de enfermería para que no tuvieran contacto entre sí, ya que un brote de coronavirus podía ser fatal para la mayoría de ellos. Pero si bien la metodología fue un éxito, no hubo ni siquiera un caso positivo dentro del hogar, el costo fue alto.

Muchos de los que viven en la residencia extrañaron mucho tanto a sus seres queridos como las actividades que podían disfrutar antes. En todo el año no pudieron ni siquiera festejar los cumpleaños multitudinarios a los que estaban habituados. Mucho menos recibir los habituales abrazos y charlas que tenían. A veces, cuando los que estaban en el hogar decaían mucho por la distancia tomaban una medida excepcional: en lugar de las videollamadas habilitaban un encuentro a través de un vidrio.

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La enfermedad que puso en pausa al mundo no dio tregua durante todo el resto del 2020 y el principio del 2021 y la ansiedad fue en aumento.  Cuando los familiares pedían ver a sus padres o abuelos que se encuentran institucionalizados la única respuesta que tenían las autoridades era “en unos días más”, aunque la fecha era indefinida.

La primera certeza llegó este miércoles 17, cuando en el desayuno las autoridades volvieron a hacer un anuncio masivo: la vacuna llegó al hogar y después de la primera dosis deberán esperar solo 21 días, aproximadamente, para recibir la segunda y con ella, los primeros abrazos sin miedo, un año después.

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