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Política > Transición en Caucete

Rosas busca reunirse con Gil, y si no puede irá al Tribunal de Cuentas

Pretende conseguir información de los gastos municipales y que el intendente no comprometa el presupuesto más allá del 10 de diciembre, para que el traspaso sea sin sobresaltos.

24 de junio de 2019

En medio del alborto por designaciones y ocultamiento de información oficial, la intendente electa de Caucete, Romina Rosas, le pedirá esta semana una reunión al actual jefe departamental, Julián Gil. Intentará acordar una transición ordenada, todo lo contrario a lo que viene pasando. Entre ellos no se pueden ni ver y si la respuesta del perdedor de las elecciones es negativa, la dirigente peronista dijo que buscará que intervenga el Tribunal de Cuentas.

Rosas venció a Gil en los comicios del 2 de junio y lo dejó sin reelección. El intendente reaccionó de la peor manera: puso en vigencia un decreto de designación de más de 60 personas en planta permanente, de los cuales 21 eran parte de su equipo de funcionarios políticos, además de amigos y familiares. El rechazo de los opositores, trabajadores municipales y hasta gente de a pie, lo obligó a dar marcha atrás.

No obstante, la polémica no para. La semana pasada, los concejales suspendieron a la presidente del cuerpo, del riñon de Gil, al acusarla de ocultar información que había mandado el Ministerio de Hacienda con el detalle de la planta de personal del municipio.

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Fue algo así como la continuidad de la polémica que envolvió a toda la gestión de Gil. Comenzando con el nombramiento de prácticamente toda su familia en cargos clave del municipio, contando a sus hijos y esposa.  

A pesar de que no tienen relación, Rosas intenta una instancia de paz y juntarse con Gil cara a cara. Le quiere pedir que no adopte acciones que comprometan el futuro presupuesto municipal y que cualquier cambio sustancial que tenga en mente, lo deje a consideración de la próxima administración, la que ella misma comandará desde el 10 de diciembre.

“Hay muchas cosas para hablar, los cauceteros no podemos estar en esta situación hasta diciembre, hay que ser maduros y hacer las cosas ordenadas”, explicó la intendente electa. Entre otros puntos, quiere saber cuántos empleados hay entre efectivos, contratados y lo que corresponde al programa PIL, además de la partida de dinero que implican esos sueldos.

Gil se tomó un descanso y se espera que en estos días retome sus actividades al frente del municipio. En su entorno no se animaron a anticipar si aceptará el convite, por lo que habrá que esperar hasta que vuelva para saber si hay cumbre y, en el mejor de los casos, con foto incluida.

Rosas ya abrió el paraguas. Si hay una negativa o todo termina patas para arriba, piensa en una especie de intermediario. “Vamos a agotar todas las posibilidades de diálogo y si no se puede, vamos a pedir la ayuda del Tribunal de Cuentas”.

El organismo se encarga de controlar la legalidad de los gastos de todas las reparticiones públicas de la provincia y los municipios. Si se llegara a esa instancia, la intención de Rosas es que el Tribunal de Cuentas le pida a Gil que muestre la composición del staff de personal y detalles de algunos gastos sobre los que hay dudas.

Hay un antecedente. Tras las elecciones de 2007, el Tribunal de Cuentas se ofreció a ayudar en las transiciones municipales y los intendentes aceptaron. Con los fiscales del organismo de testigos, los salientes aportaron información y les dieron certidumbre a los que estaban por asumir.

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