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Una algodonera fue cerrada por desforestar casi 50 hectáreas de bosque nativo protegido
La empresa pretendía instalar una planta desmotadora sin contar con permisos ambientales y enfrentará una multa millonaria además de un proceso judicial.
POR REDACCIÓN
Una empresa algodonera fue clausurada en Santa Fe tras desmontar 47,5 hectáreas de bosque nativo de categoría I, zona de máxima protección en el ordenamiento territorial provincial. La firma, identificada como Algoservicio S.A., había iniciado obras para instalar una planta desmotadora en el distrito de Logroño, departamento 9 de Julio, a unos 290 kilómetros al noroeste de la capital, sin contar con las autorizaciones ambientales correspondientes.
La situación fue detectada gracias al Sistema de Alerta Temprana de Deforestación nacional, lo que derivó en la intervención del Ministerio de Ambiente provincial. El ministro Enrique Estévez confirmó que la empresa afrontará una multa de alrededor de 300 millones de pesos, además de la obligación de remediar el daño ambiental causado. “No se puede instalar una industria sin gestionar los permisos que exige la provincia, ni actuar sin responsabilidad ambiental”, advirtió el funcionario.
La cartera ambiental llevó el caso a la Justicia, y el Juzgado de Distrito de Tostado ordenó una medida cautelar que prohíbe toda intervención en la zona, dispone el retiro inmediato de maquinarias y exige a la empresa abstenerse de futuras acciones. La Procuración General de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe promovió además un amparo colectivo ambiental contra la firma.
Según el ordenamiento provincial, los bosques clasificados como Categoría I - Zona Roja tienen un valor de conservación máximo y no pueden ser desmontados ni utilizados para extracción de madera. Se trata de sectores que deben preservarse en su estado natural.
El caso se suma a la problemática nacional de pérdida de bosques. Un informe de Greenpeace advirtió que en 2024 Argentina perdió 150.000 hectáreas de cobertura boscosa por desmontes e incendios. El 75% de esa pérdida se concentró en Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa, dentro del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande de Sudamérica, donde también se encuentra el extremo norte santafesino.