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Provinciales > Actividad con el corazón

La solidaria tarea de los payamédicos en los hospitales sanjuaninos

Son personas colmadas de solidaridad y alegría que visitan hospitales con el único fin de sacarles una sonrisa a los pacientes.

POR REDACCIÓN

14 de abril de 2018

“Buenas tardes, vengo de otro planeta y en llegar hasta acá tarde quichimiles vatitas de san amponio”, es una de las tantas frases graciosas que utiliza Rosana Punazzo, al comenzar su jornada.

Rosana es la payamédica más antigua de la provincia, realiza la actividad desde el año 2012 y es la única que continúa del grupo fundacional. Cada sábado concurre a diferentes hospitales para llevarles alegría a aquellas personas que se encuentran allí durante cerca de 3 horas. Lo primero que realizan los payamédicos al llegar a los nosocomios es buscar información sobre los pacientes, “nosotros entramos a la habitación ya sabiendo a quien vamos a ver”, cuenta Rosana en diálogo con DIARIO HUARPE. Entre los datos que se solicitan, “se pregunta quienes están internados, el nombre la edad, si hace mucho que está, también se averigua con las enfermeras quienes necesitan ser asistidos porque se hace una terapia emocional. Trabajamos con la parte sana del enfermo y desde la ética porque siempre jugamos con el respeto”, agrega.

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Además, manifiesta que, para evitar posibles inconvenientes, no hacen juegos de doble sentido, no dicen malas palabras, no hablan de política, futbol ni religión, temas que, en gran cantidad de ocasiones, traen conflictos.

“Siempre decimos que venimos de otro planeta, evitamos hablar de lo real, siempre el paya juega desde lo imaginario y con un vocabulario muy rico en palabras picaras”, sostiene.

Los payamédicos pasean en duplas por los hospitales, generalmente se demoran de 10 a 15 minutos por habitación. “Cuando hacemos las intervenciones, lo que tratamos de hacer es que el paciente produzca, nosotros les llamamos producientes. Jugamos pero no queremos ser los protagonistas sino que sean ellos. Entonces les preguntamos que les gusta hacer, que hacen cuando no están en ese lugar y desde lo que ellos nos cuentan, jugamos”. Como ya saben los principales datos sobre las personas que visitan tratan de no traer a su mente malos recuerdos. “Por ejemplo, nosotros sabemos que esa persona está internada porque ha tenido un accidente de tránsito, entonces cuando vamos a jugar evitamos jugar a que estamos paseando porque le vamos a recordar que ha tenido ese problema. Si tiene azúcar, tratamos de evitar a jugar al te”, explica la payamédica.

Ejercer dicha actividad trae una gran satisfacción, la de ayudar al prójimo, la de sacarle una sonrisa y hacer que se olvide, al menos por unos minutos, de los malos momentos que está viviendo. Aunque los momentos que viven los “payas” no son todos positivos, hay algunos que quedaron marcados en su memoria por lo tristes que fueron. Por ejemplo, “estar jugando un día sábado con un paciente y después enterarnos que ha fallecido y que la familia nos da la gracias porque fue su última sonrisa”, cuenta Rosana.

Además, hay situaciones que atraviesan quienes realizan la actividad que son shockeantes para ellos, las temidas capturas. “Entre las cosas malas están las capturas. Por ejemplo, entramos y nos encontramos con un nene que tiene hidrocefalia pero que no nos imaginamos que era muy marcada entonces un compañero se captura y queda duro, se sale del personaje y es él. Por eso siempre entramos en dupla, para que el compañero lo saque de ese momento”, dice la payamédica. Agrega que “también nos ha pasado cuando entramos a la habitación y el compañero de al lado nos ha dicho ´no quiero que entren, no ven que estamos enfermos, quiero que se vayan ya´. En esos momentos de tensión nos vamos porque están en un estado de vulnerabilidad en el que no le pueden decir al médico ´no quiero que me pinchen, no quiero quedarme acá, se la tiene que bancar´, entonces con nosotros pueden hacer catarsis, pero eso se debe trabajar en un curso porque, sino, a las personas nuevas les cae mal que les digan que no porque van a hacer una tarea solidaria”.

En cuanto a los momentos que quedan grabados en el corazón, Rosana cuenta: “Que te digan ´gracias por venir, que el Señor te bendiga´ entonces yo para no decir gracias le digo ´ay esas palabras me emocionan y me ondulan las medias de la emoción´. Con eso ellos se dan cuenta que a mí me ha agradado lo que me han dicho”, finaliza la payamédica más antigua de la provincia. 

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