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Provinciales

Día Nacional del Mate, ¿cómo lo prefieren tomar los sanjuaninos?

Historia y curiosidades de un compañero fiel.

30 de noviembre de 2020

Amargo, dulce, con yuyos, con agua caliente, fría o tibia. El mate no se rechaza. Y si se rechaza, se hace con respeto. Ese que imprime una tradición tan vieja como nuestra independencia y que, a pesar de no ser 100% nuestra, no se puede no asociar al mate con la argentinidad.

Para algunos es una simple bebida. Para otros, una arte que requiere devoción y tiene su propio lenguaje que, como argentinos, a propósito o por añadidura, sabemos hablar. Sus maneras e idioma varían según cada provincia. Algunos lo besan cuando es el último, lo lavan cuando quieren que se vayan las visitas y, la confusión de todos los extranjeros y quienes no adhieren ritual, decir “gracias” cuando uno ya está lleno. ¿Quién no ha dicho “gracias” sin querer y quedó fuera de una ronda de mates amargos o dulces entre familia o amigos?

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El celebre director de cine Francis Ford Coppola tomando mate. Foto: Gentileza.

Hablar del mate es como hablar de un amigo o un familiar que siempre estuvo ahí y nos acompaña o acompañó en momentos especiales, tristes o determinantes. Pero, ¿por qué se celebra hoy el Día Nacional del Mate? La fecha se oficializó en el 2015 y se celebra en honor al caudillo misionero Andrés “Andresito” Guacurarí y Artigas, primer caudillo federal de la historia argentina.

Monumento de"Andresito" Guacararí en Posadas, Misiones.Foto: Gentileza.

Además de ser figura histórica en las guerras independencia, colaboró con Manuel Belgrano y el caudillo uruguayo José Gervasio Artigas. Pero el nombrar la fecha de su nacimiento en honor al mate se debe a que fomentó la producción y consumo de la infusión entre sus tropas y los lugares donde ejerció su caudillaje. En 2014, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, fue nombrado General post mortem (luego de fallecido).

Diego Maradona y su padre, tomando mate en la cocina. Foto: Gentileza.

Introducido por el pueblo Guaraní en el territorio argentino, uruguayo y paraguayo hace cientos de años, en Argentina y San Juan, es la bebida tradicional más consumida a nivel nacional. En el 90% de los hogares argentinos hay un mate, aunque sea de adorno. Y sus mitos y leyendas alrededor de él son innumerables y cada día hay nuevas anécdotas para tallar en su madera, mientras se descubren viejas. Algo es cierto, y es que sus beneficios a la salud son ya conocidos: energizante, diurético, ayuda a bajar de peso y un estudio reciente descubrió que, además, libera serotonina en el cerebro haciendo más felices a las personas. Desde entonces, goza fama mundial ¿Quién no se puso contento al llegar a casa después de un largo día y tomarse unos mates o despertarse con unos amargos en las frías mañanas.

Antoine Griezmann, icono de la selección francesa de fútbol, ha confesado ser aficionado del mate. Foto: Gentileza.

Como toda leyenda, tiene sus formas y distintas maneras de materializarse. Los más gauchos prefieren los mates calabaza, como lo tomaban los habitantes del pueblo Guaraní. Los más tradicionales y gauchos de alpaca o madera de palo santo o cualquier otra. Los más sofisticados lo toman en vidrio o cerámica pintada. Y quienes siempre lo llevan a todas partes por si acaso también lo tienen de plástico. Últimamente, el boom de los mates camioneros o torpedos estilo “uruguayos” generó un nuevo nicho comercial en San Juan.

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Mate de calabaza, el mas tradicional y antiguo. Foto: Gentileza.

¿Cómo lo prefieren los sanjuaninos? “Los sanjuaninos lo prefieren de madera y dulces”, dice con seguridad Daniel Oscar, de 68 años, artesano y vendedor de mates y, por supuesto, matero también. “En San Juan, el mate casi siempre se ha tomado dulce y con algún yuyo. Es raro el tomador de mates amargos, pero no faltan. Por lo general se toma amargo en el litoral”, cuenta con confianza y años de experiencia en los mates.

El reconocido escritor Orson Welles, con un mate de calabaza. Foto: Gentileza.

“Para mí el mate es una compañía, me da motivación para estudiar”, cuenta Valentina Herrero, de 24 años,  que pinta a mano y vende mates a través de su pequeño emprendimiento en Instagram.

“Es algo que se comparte y genera un clima de confianza. Compartir un mate ya trae una charla. Y estar sola con el mate trae una compañía, una atención hacia uno mismo, un pequeño acto de amor”, cuenta a DIARIO HUARPE. En cuanto a gustos, cree que se trata de algo más generacional. “La gente antes lo tomaba con azúcar y ahora toma más con edulcorante porque somos conscientes de lo malo que es el azúcar”, asegura desde su experiencia.

Mates pintados a mano de Valentina publicados en su pagina de Instagram "Almendra mates". Foto: Gentileza.

Como buenos argentinos, teníamos que ponerle una fecha para celebrarlo. Compañero inagotable, aventurero imprescindible. Creador de puentes entre culturas y curiosidad regional. El protagonista imprescindible de la historia y nuestra identidad. Casi siempre está cuando comienza una historia o cuando termina otra. Y seguramente estará ahí también al final o al comienzo de un nuevo día.

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