Provinciales
Día Nacional del Mate, ¿cómo lo prefieren tomar los sanjuaninos?
Por David Silva
Amargo, dulce, con yuyos, con agua caliente, fría o tibia. El mate no se rechaza. Y si se rechaza, se hace con respeto. Ese que imprime una tradición tan vieja como nuestra independencia y que, a pesar de no ser 100% nuestra, no se puede no asociar al mate con la argentinidad.
Para algunos es una simple bebida. Para otros, una arte que requiere devoción y tiene su propio lenguaje que, como argentinos, a propósito o por añadidura, sabemos hablar. Sus maneras e idioma varían según cada provincia. Algunos lo besan cuando es el último, lo lavan cuando quieren que se vayan las visitas y, la confusión de todos los extranjeros y quienes no adhieren ritual, decir “gracias” cuando uno ya está lleno. ¿Quién no ha dicho “gracias” sin querer y quedó fuera de una ronda de mates amargos o dulces entre familia o amigos?
Hablar del mate es como hablar de un amigo o un familiar que siempre estuvo ahí y nos acompaña o acompañó en momentos especiales, tristes o determinantes. Pero, ¿por qué se celebra hoy el Día Nacional del Mate? La fecha se oficializó en el 2015 y se celebra en honor al caudillo misionero Andrés “Andresito” Guacurarí y Artigas, primer caudillo federal de la historia argentina.
Además de ser figura histórica en las guerras independencia, colaboró con Manuel Belgrano y el caudillo uruguayo José Gervasio Artigas. Pero el nombrar la fecha de su nacimiento en honor al mate se debe a que fomentó la producción y consumo de la infusión entre sus tropas y los lugares donde ejerció su caudillaje. En 2014, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, fue nombrado General post mortem (luego de fallecido).
Introducido por el pueblo Guaraní en el territorio argentino, uruguayo y paraguayo hace cientos de años, en Argentina y San Juan, es la bebida tradicional más consumida a nivel nacional. En el 90% de los hogares argentinos hay un mate, aunque sea de adorno. Y sus mitos y leyendas alrededor de él son innumerables y cada día hay nuevas anécdotas para tallar en su madera, mientras se descubren viejas. Algo es cierto, y es que sus beneficios a la salud son ya conocidos: energizante, diurético, ayuda a bajar de peso y un estudio reciente descubrió que, además, libera serotonina en el cerebro haciendo más felices a las personas. Desde entonces, goza fama mundial ¿Quién no se puso contento al llegar a casa después de un largo día y tomarse unos mates o despertarse con unos amargos en las frías mañanas.
Como toda leyenda, tiene sus formas y distintas maneras de materializarse. Los más gauchos prefieren los mates calabaza, como lo tomaban los habitantes del pueblo Guaraní. Los más tradicionales y gauchos de alpaca o madera de palo santo o cualquier otra. Los más sofisticados lo toman en vidrio o cerámica pintada. Y quienes siempre lo llevan a todas partes por si acaso también lo tienen de plástico. Últimamente, el boom de los mates camioneros o torpedos estilo “uruguayos” generó un nuevo nicho comercial en San Juan.
¿Cómo lo prefieren los sanjuaninos? “Los sanjuaninos lo prefieren de madera y dulces”, dice con seguridad Daniel Oscar, de 68 años, artesano y vendedor de mates y, por supuesto, matero también. “En San Juan, el mate casi siempre se ha tomado dulce y con algún yuyo. Es raro el tomador de mates amargos, pero no faltan. Por lo general se toma amargo en el litoral”, cuenta con confianza y años de experiencia en los mates.
“Para mí el mate es una compañía, me da motivación para estudiar”, cuenta Valentina Herrero, de 24 años, que pinta a mano y vende mates a través de su pequeño emprendimiento en Instagram.
“Es algo que se comparte y genera un clima de confianza. Compartir un mate ya trae una charla. Y estar sola con el mate trae una compañía, una atención hacia uno mismo, un pequeño acto de amor”, cuenta a DIARIO HUARPE. En cuanto a gustos, cree que se trata de algo más generacional. “La gente antes lo tomaba con azúcar y ahora toma más con edulcorante porque somos conscientes de lo malo que es el azúcar”, asegura desde su experiencia.
Como buenos argentinos, teníamos que ponerle una fecha para celebrarlo. Compañero inagotable, aventurero imprescindible. Creador de puentes entre culturas y curiosidad regional. El protagonista imprescindible de la historia y nuestra identidad. Casi siempre está cuando comienza una historia o cuando termina otra. Y seguramente estará ahí también al final o al comienzo de un nuevo día.