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Política > Mano a mano

En el penal trabajan en adecuar el ciclo lectivo para que todos estudien

El director del Servicio Penitenciario Provincial, Adriel Fernández, contó en el Café de la Política Express algunas cuestiones puntuales de la institución.

POR REDACCIÓN

16 de julio de 2023

El director del Servicio Penitenciario Provincial, Adriel Fernández, visitó el Café de la Política Express, programa que se emite en vivo de lunes a viernes de 9.30 a 10.30 por las redes sociales de DIARIO HUARPE, para conocer algunas iniciativas y actividades que se llevan a cabo en las entrañas de la institución. El funcionario destacó puntos interesantes desde el lado de la educación y las acciones que se están realizando con los reos.

“No sé si está bueno darle trigonometría a alguien que está privado de su libertad, la idea es darle un perfil más técnico”, dijo el director.

- Años anteriores la actividad del Servicio Penitenciario Provincial estaba medio tapada, no se conocía las políticas que se realizaban, a diferencia de la actualidad.

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Es verdad que hay una nueva forma de mostrar lo que se hace. Siempre se ha mostrado, pero eran todos problemas. Entonces en el imaginario colectivo, el penal parece Kiev o una realidad de guerra toda gris. Pero es un pedacito más de la sociedad, que como cualquier comunidad tiene problemas de convivencia, algo que sucede. Pero el desafío es mostrar todo lo bueno que pasa. No hay que romantizar, la cárcel es un lugar triste, pero dentro de todo lo malo se puede ver salir el sol.

- ¿El día a día en el servicio penitenciario es como pudimos ver en la serie El Marginal?

Mis amigos me empezaron a decir Antín (personaje que desarrolla Gerardo Romano en la serie), así que la tuve que ver. Es una ficción, pero puede que algunos tipos de cárceles del conurbano bonaerense sean más parecidas. En nuestra provincia no tiene nada que ver y nada que ver con nuestro servicio penitenciario. El perfil de la persona privada de su libertad en San Juan tiene condenas cortas de menos de tres años y siendo la primera vez que están detenidos.

- ¿Cómo está la educación para la gente que está privada de su libertad, pueden continuar con sus estudios dentro del penal?

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El 88% de las personas que están privados de su libertad no terminó la escuela, son números marginales. En el SPP hace años que funciona una escuela primaria y una secundaria que dependen del Ministerio de Educación. Pero estamos trabajando en conjunto para aggiornar lo que se enseña y cómo se enseña. Hoy por hoy está muy copiado y pegado de lo que sucede afuera, es decir, una persona privada de su libertad tiene que empezar en marzo y terminar en diciembre, lo cual no es la dinámica propia de una cárcel en la cual vos podés recibir una persona en agosto y se va en mayo. Y sobre que se enseña la idea es darle un perfil más técnico para que pueda servirle una vez reinsertado en la sociedad.

- ¿Por qué han decidido tener un trato diferencial con los empleados, algo que no se ve en todas las cárceles?

He tenido experiencias laborales, primero con Carlos Munisaga que es un jefazo y adopté algunos ejemplos de trabajo de cómo tratar a un equipo y después tuve la experiencia de trabajar en una universidad en Buenos Aires donde jugabas a la pelota o comías con el rector. Yo me siento un compañero de trabajo de todas las personas que integran el staff laboral del Servicio Penitenciario Provincial.

- El resultado de las elecciones no fue lo esperado para muchos funcionarios ligados al Gobierno de turno y se ha hablado sobre el tema de cerrar algunas secretarías o ministerios, ¿qué puede llegar a pasar?

Las cárceles existen y existieron desde siempre, más en una provincia con un sistema judicial con el nuestro que en 24 horas te dictan una condena. También hay dos normativas muy claras sobre las cosas que se pueden hacer o no en una cárcel. En términos generales, se ha marcado una línea de trabajo que debería continuar en el tiempo.

- ¿Cómo está en cuestiones de capacidad y sobrepoblación el SPP?

Es uno de los problemas importantes que tiene el SPP, se acusa una situación de sobrepoblación. En los últimos 20 años la población de la provincia creció un 30% y en el Penal de Chimbas creció un 300%. Pero también en los últimos siete años se invirtió más que en los 93 años de historia que tiene el edificio. En el lugar convive una cárcel vieja con una cárcel nueva. Estamos construyendo nuevos lugares que van a ser los mejores sin duda del establecimiento desde muchos puntos de vista.

La capacidad declarada que tiene las instituciones para 1.000 personas y hay 1.800, esto quiere decir que hay un 80% de superpoblación. Donde había un espacio para una sola persona se puso una cucheta y se fue paliando la situación de sobrecarga edilicia. Es para rescatar la labor de todo el staff laboral porque permite que esto no sea un gran problema, logrando un buen espacio laboral.

- ¿Cómo es la convivencia ahí adentro?

El pabellón es la casa del que está privado de la libertad y tenemos casi 30. Se dividen dependiendo de los delitos y por la edad. Pero tiene una dinámica rutinaria con horarios laborales y de estudio. Además estamos implementando en un pabellón una disciplina más estricta donde los reos de manera voluntaria se acomodaran sus horarios a través de un timbre.  

- ¿Nunca recibiste una amenaza o tuviste miedo?

No, yo soy así con todo el mundo. Mi teléfono es público soy un funcionario más, recibo consultas o pedidos de familiar para alguna cuestión particular de los presos. La verdad es que la persona que está privada de su libertad está ahí por una decisión propia y después yo tampoco soy el juez que dictó la condena.

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