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Provinciales > Historias sanjuaninas

Aprendió a coser gracias a su abuela y ahora apunta a generar trabajo para la gente de Valle Fértil

Hace dos meses abrió su emprendimiento para fabricar ropa para los niños de la zona.

09 de septiembre de 2020

Celina Sepúlveda es una sanjuanina que vive en la localidad de San Agustín, departamento Valle Fértil. Tiene 36 años y 4 hijos: Valentina, Lola, Leandro y Alejo. Desde muy joven se vio atraída por la confección de ropa. Esta pasión hoy es el sustento de su familia y la ayuda para otros vallistas. 

Hace dos meses abrió “Lola Valentina”, un emprendimiento de fabricación de ropa para niños con los que suma a más emprendedores del departamento y busca que el dinero quede en ese lugar que la vio nacer. 

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La vallista contó que la idea le surgió cuando fue a comprarle ropa a sus hijos. En esa oportunidad le sorprendió lo caro que estaban los precios. “Un pantaloncito me salía $1.000”, comentó aDIARIO HUARPE.

Con su alma emprendedora buscó entre sus recursos y vio que tenía tiempo y los elementos necesarios.

“Compré tela y armé unos conjuntitos de frisa. Vi que esto podía ser una salida laboral y decidí sumar más gente del Valle”, indicó.

Cecilia buscó a una emprendedora que hace estampados y sublimaciones. Juntas empezaron a vender ropa para los niños de la zona. Las telas las consiguieron en una retacería del departamento. El objetivo de ellas es que el dinero quedara siempre entre los vecinos y con el emprendimiento generen más empleo para la comunidad.  

Foto gentileza: Celina Sepúlveda.

La pasión por la confección que tiene Celina es una herencia de su abuela paterna. Según comentó, antes de un cumpleaños o casamiento, ella siempre le confeccionaba la ropa a toda la familia.

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“Desde chica le hacía ropita a las muñecas, y ya en la adolescencia salíamos a bailar con mis amigas y yo iba siempre con algo diferente, pero era gracias a los retazos que encontraba y los iba adaptando para alguna prenda nueva”, recordó la costurera que aprendió el oficio con la práctica.

La costura como salida laboral

“Me quedé embaraza muy joven, mi pareja se fue a vivir a otro lado en búsqueda de trabajo y la necesidad me llevó a que con mi cuñada empezáramos a hacer ropa para las niñas, porque era caro comprarla”, contó Celina, que gracias al boca en boca comenzó hacer desde simples arreglos hasta guardapolvos.

Confeccionó guardapolvos para la ENI 18. Foto gentileza: Celina Sepúlveda.

Al respecto, la modista expresó que “lo más grande que hice fueron los guardapolvos para la ENI 18. Tuve que pedirle ayuda a una amiga porque nos pidieron más de 100 uniformes. Este lindo trabajo hizo que pudiera comprar otra máquina porque toda mi vida trabajé con una familiar hasta que junté algo de plata para comprarme la overlock. Viajé a comprarla y volví con $20 en el bolsillo, pero ya tenía lo que deseaba”.

Ayuda en la pandemia

Celina fue la primera modista de Valle Fértil en realizar y donar barbijos para quienes trabajan en la línea de batalla en la pandemia por coronavirus. “Me contacté con una enfermera, le conté que quería hacerles barbijos y le gustó la idea. Un concejal me dio la fiselina y empecé con una amiga la confección de estos insumos que los donamos a la Policía y al hospital”, comentó.

“Cuando se exigió el uso obligatorio de tapabocas, empezamos a hacerlos para vender. Pero somos conscientes de la situación económica y también los regalamos a quienes no podían comprarlos. Ahí se sumó gente ofreciéndome telas para seguir con esta tarea. Hay mucha gente solidaria acá y eso se agradece. Además, con esto les enseño a mis hijos cómo ganarse la vida con trabajo”, concluyó.

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