Ribeiro entró en concurso de acreedores: ¿Qué pasó con los trabajadores sanjuaninos?

Incertidumbre. Esa es la sensación que hay entre los trabajadores de Ribeiro. La cadena de electrodomésticos presentó en las últimas horas la convocatoria de acreedores tras no encontrar un socio que pudiera inyectar dinero para reactivar la producción y el sostenimiento de las fuentes laborales. De esta manera la empresa iniciará la reestructuración de sus deudas en la esfera judicial. El comunicado oficial llevó la firma de su actual presidente, Manuel Ribeiro.

En San Juan la situación es llamativa. Hace cuatro meses abandonaron, entre gallos y medianoche, la sucursal que tenía la empresa en pleno corazón capitalino sobre calle Libertador y Tucumán. Los más de treinta trabajadores miraron con preocupación este hecho porque nunca les avisaron la maniobra y vieron como los pocos electrodomésticos que había eran trasladados hasta las sedes que tenían en las provincias de Mendoza y San Luis.

Sin embargo, todo empeoró a comienzos de julio. Ribeiro cerró todas sus sucursales en el país y dejó de operar por medio de la plataforma electrónica. Esto hizo que se retrasara con el pago de los cerca de 1.000 trabajadores dependientes de la firma. Todas las oficinas quedaron inactivas.

Desde el Sindicato Empleados de Comercio (SEC) local informaron que la mayoría de los trabajadores sanjuaninos se dio por despedido. Mirna Moral sostuvo a DIARIO HUARPE que presentaron carta a documento emplazando a la empresa para que en el plazo de 48 horas le pagaran lo adeudado. En el caso que no cumpliera – como de hecho sucedió – se daban por despedidos y reclamaban el pago de todo lo adeudado.

“La mayoría de los empleados realizaron el trámite administrativo. Ahora iniciaron la demanda judicial, que es personal. Hay cuatro o cinco trabajadores que todavía no lo realizaron”, destacó la sindicalista.

Moral comentó que dos empleadas, de 53 y 57 años, se acercaron por la sede del sindicato y le contaron por qué no realizaron el trámite. Principalmente era porque figuraban todavía dentro del acuerdo 931. La empresa las declaraba mensualmente ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), allí las reconocía como trabajadoras lo que les permitía seguir cobrando mensualmente el Repro de $22.000.

La referente destacó que las mujeres no presentaron la carta a documento porque tenían miedo de no conseguir otro trabajo. “¿Qué hacemos ahora para subsistir?”, es lo que se preguntaban mientras le contaban por qué dejaron pasar esa instancia administrativa. “Hay cosas que son insignificantes para algunos, pero para mucha gente son valiosas como el cobro de los $22.000”, concluyó Moral.

Dato

Ribeiro tenía una planta de 30 trabajadores con una antigüedad entre 10 a 15 años.