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Provinciales > Reuniones familiares en San Juan

Un abrazo que se hizo esperar por más de 60 días

Tras la habilitación del Gobierno, las familias sanjuaninas se reencontraron.

POR REDACCIÓN

24 de mayo de 2020

Fueron días largos, que hasta parecieron eternos para las familias sanjuaninas. Si bien los beneficios de vivir en la era de las comunicaciones virtuales facilitó en cierta medida el distanciamiento, se extrañaba el abrazo y el cariño cercano de un ser querido.

El Gobierno provincial decretó el sábado que finalmente quedaban habilitadas las reuniones familiares, de hasta 12 personas, en días y horarios específicos. Esa fue la oportunidad que tuvieron los López para juntarse: primos y tíos decidieron organizar un pequeño almuerzo para volverse a ver.

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El asado fue el plato elegido para protagonizar la reunión. Entre ellos se repartieron las tareas: uno fue a comprar la comida y la bebida, otro buscó la guitarra y el tío organizó todo en el “quinchito” del fondo para la reunión.

8 eran los invitados, todos de Santa Lucía. Siguiendo las recomendaciones sanitarias, llegaron con barbijos y se higienizaron pies y manos al cruzar el portón de entrada. Lo que siguió, fue motivo de alegría.

Los abrazos no se demoraron en llegar. A más de uno se le cayeron algunas lágrimas al ver la familia que tanto extrañó después de más de 60 días de cuarentena. Si bien estuvieron en contacto por medio de tecnología, todos coincidieron que por más que se veían cercanos estaban más lejanos que nunca.

Las risas, los chistes, la sonrisa y el brillo en los ojos de cada uno fueron la recompensa por haber estado tanto tiempo separados por el virus.

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El momento del brindis en la mesa fue más que emotivo. Cada uno miraba la cara del otro y la felicidad desbordaba.

-“¡Por la familia!”, se escuchó desde la cabecera de la mesa. Los vasos sonaron.

En la sobremesa hubo guitarreada, el cancionero puso a todos a cantar. Seguramente los López tendrán mucho para combatir, pero esa pequeña reunión sirvió para juntar fuerzas y afrontar lo que queda de la cuarentena.

...

Los Carta, fue otra de las familias que apostaron por juntarse. El locro patrio sirvió de excusa para volver a tender la mesa y recibir a los parientes. Dicen que fue un domingo distinto, porque estaban acostumbrándose a la soledad de la cuarentena.

Cada integrante colaboró con la elaboración de la comida. Algunos llevaron chorizos colorados, otros la panceta y Cecilia, la dueña de casa, puso a remojar los porotos y el maíz.

Pese a la distancia por la pandemia, cada uno se acuerda de los gustos que tienen a la hora de sentarse a comer. Hubo asado para lo que no le gustaba el locro. Aunque terminaron de comer y nadie se perdió la torta celeste y blanca que hizo la abuela Lucy.

Precavidos y con mucho apetito prepararon unos rosquitos y pastelitos para la hora del té. Por ahora el mate quedará guardado en el modular hasta que todo esto pase. 

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