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Economía

La crisis de la clase media en Argentina: 6 de cada 10 solo logran subsistir con su empleo

El informe de Fundación Pensar revela que más de la mitad de los argentinos percibe un achicamiento de la clase media y una creciente resignación en el consumo, con una movilidad social cada vez más limitada.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
La percepción social también refleja un retroceso generacional. Foto: Gentileza

La clase media argentina atraviesa una profunda crisis que afecta su identidad y calidad de vida. Según un informe de la Fundación Pensar, el 55% de los argentinos considera que este sector se está reduciendo, mientras que 6 de cada 10 personas sienten que su empleo solo les permite subsistir, sin capacidad de progresar.

Este contexto económico genera un cambio notable en los hábitos de consumo. El estudio describe un fenómeno denominado “consumidor sacrificial”, que reemplaza al tradicional “consumidor aspiracional”. La clase media ya no asocia el consumo con bienestar o progreso, sino con una constante renuncia para mantener gastos esenciales como la educación y la salud.

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La percepción social también refleja un retroceso generacional: el 41% de los argentinos cree que vive en condiciones peores que sus padres, y apenas uno de cada cuatro se siente en mejor situación. La caída del poder adquisitivo y la disminución de empleos registrados son factores clave en esta sensación de estancamiento.

Guillermo Oliveto, fundador de Consultora W, describe esta transformación: “La clase media fue históricamente el corazón del imaginario nacional. Hoy vive un proceso de mutación: sigue siendo aspiracional, pero sufre la pérdida de seguridad y previsibilidad que la definían”.

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En cuanto a la autoidentificación social, el informe señala que dos tercios de los argentinos se ubican en los niveles más bajos de la clase media, con un 34% identificándose como clase media baja y otro 34% como clase baja alta. Esta percepción refleja la crisis de la identidad de clase media, ligada directamente a la capacidad de concretar deseos y acceder a bienes de consumo, que hoy se ven cada vez más restringidos.

El estudio advierte que “los objetos de consumo se transforman en señales que indican la solidez de su posición en la estructura social”, pero esta señal está en crisis. Oliveto agrega que “el consumo se volvió un espejo de la fragilidad: de disfrutar a resistir, de la ilusión al esfuerzo sin premio”.

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A pesar de este escenario adverso, la clase media argentina demuestra una notable capacidad de resistencia y reinvención. Según el informe, continúa defendiendo sus símbolos de pertenencia, como la educación, el trabajo y la vivienda, que permanecen como pilares fundamentales de su identidad colectiva.

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