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La hazaña de Cabo Verde: cómo un archipiélago de 500,000 habitantes llegó al Mundial 2026
Una estrategia única basada en la diáspora y una victoria contundente catapultaron a este pequeño archipiélago africano a la cima del fútbol mundial, convirtiéndolo en la nación más pequeña en clasificar a una Copa del Mundo.
POR REDACCIÓN
El fútbol africano vivió un momento histórico cuando la selección de Cabo Verde selló su clasificación al Mundial de 2026 tras una contundente victoria por 3-0 sobre Esuatini. Este triunfo no solo representa un logro deportivo, sino que convierte a este archipiélago atlántico en el país más pequeño en superficie en alcanzar una Copa del Mundo, con apenas 4.033 kilómetros cuadrados y una población que no supera los 525.000 habitantes.
El partido decisivo se disputó en el Estadio Nacional de Praia, donde una goleada en el segundo tiempo desató celebraciones multitudinarias en todas las islas que conforman el territorio caboverdiano. El presidente de la República se sumó a la fiesta ciudadana que inundó las calles de banderas azules y blancas, declarando el hecho como un motivo de orgullo nacional.
Detrás de esta gesta se encuentra una estrategia tan innovadora como efectiva. La Federación Caboverdiana de Fútbol implementó un sistemático programa de reclutamiento de jugadores de la diáspora, buscando talentos con ascendencia isleña en todo el mundo. El resultado fue un plantel donde 14 de los 25 convocados nacieron en Europa, fusionando la esencia local con la formación futbolística internacional.
Uno de los casos que mejor ilustra este fenómeno es el de Roberto Lopes, defensa nacido en Irlanda e hijo de un inmigrante caboverdiano. Su incorporación al seleccionado llegó a través de un insólito mensaje por LinkedIn, que inicialmente generó desconfianza pero que terminó por convertirse en el inicio de una aventura que hoy es parte de la historia del fútbol.
Los llamados "tiburones azules" no solo superaron todas las expectativas, sino que culminaron primeros en su grupo de clasificación, por encima de Camerún, una potencia tradicional del continente. Esta hazaña refleja una planificación meticulosa que combina talento, identidad y perseverancia.
La conquista del pasaje al Mundial de Norteamérica 2026 escribió una nueva página en los anales del deporte mundial, demostrando que con visión y determinación, incluso las naciones más pequeñas pueden alcanzar las metas más grandes. Cabo Verde se prepara ahora para debutar en el máximo escenario futbolístico con una lección ya aprendida: en el fútbol, como en la vida, el tamaño no define los sueños.