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Cultura y Espectáculos > Inesperado

Marcelo Polino revela por qué vive encerrado: "Me hace mal la naturaleza"

A pesar de su temporada en la costa atlántica junto a Fátima Florez, Marcelo Polino confiesa que su vida transcurre siempre bajo techo y cortinas cerradas.

POR REDACCIÓN

Hace 1 hora
La vida de una figura de la farándula lejos de la intemperie.

Marcelo Polino, reconocido periodista y actor con una "marca registrada" construida a base de trabajo y disciplina, es una figura ineludible de la farándula argentina, habiendo sido "jurado histórico de todos los certámenes de la tele". Recientemente, el comunicador viajó a Miami como miembro de Aptra para el Martín Fierro Latino, donde fue premiado por su trayectoria.

Pese a su intensa agenda de viajes y compromisos, Polino sorprendió al revelar un aspecto particular de su estilo de vida, especialmente mientras se prepara para su temporada veraniega. A punto de instalarse por tres meses en la costa, el periodista confirmó su plan de trabajo junto a Fátima Florez: "Me voy a Mar del Plata con Fátima Florez y debutamos al 26 de diciembre, de nuevo en el Teatro Roxy". Polino aseguró que está contento con esta, que es la "tercera temporada que hacemos juntos", ya que "con Fátima nos llevamos re bien, somos amigos, nos divertimos en el escenario y la pasamos bien".

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El periodista, quien también finalizó su participación en Los ocho escalones con Pampita —una "experiencia linda" de "tres meses que la pasé a full"— y continuará con Polino Auténtico en Radio Mitre desde la ciudad balnearia, confesó que su rutina diurna en Mar del Plata es casi inexistente en el exterior: "Nada, ¡absolutamente nada!".

Consultado sobre si visitaría la playa, Polino fue enfático sobre su aversión a los espacios abiertos: "No voy a ningún lado. A la playa nunca, jamás". El motivo de esta reclusión es su rechazo al entorno natural: "¿Por qué? Porque no me gusta el sol. Me hace mal la naturaleza a mí". Explicó que toda su actividad periodística se realiza bajo techo: "Hago móviles, notas y todo desde el Hotel Provincial, donde tengo un set que me arman ahí: bajo y hago todas las notas, que son muchas porque viene gente del interior también a hacer entrevistas y cubrir la temporada".

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Esta preferencia por el interiorismo es de larga data: "Siempre. O sea, cuando era chico me llevaba a mi familia pero ya cuando pude tomar decisiones, no fui más a la playa". Y reafirmó: "No me gusta el sol, no me gusta el aire libre, no me gusta estar en contacto con la naturaleza".

Incluso, sus decisiones habitacionales recientes se orientan a reducir el contacto con la intemperie. Aunque "las plantas también me gustan, como los animales", Polino se mudó de una casa grande con un parque inmenso a un "dúplex muy lindo", en el mismo barrio. Explicó que el anterior era "muy grande: tenía 200 metros de parque" y que mantenerlo era "un quilombo enorme de personal" porque estaba "pendiente de que no se sequen los jazmines o las palmeras". Su nueva vivienda, aunque es un dúplex, incluye una "piscina propia, chiquita, que nunca la usaré", donde vive "tranquilo y bien". En su casa anterior, relató: "Yo no salía al parque. Lo miraba a través del vidrio de mi casa".

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El periodista admitió ser feliz en ámbitos cerrados, bajo luces artificiales. "Soy así, no me gusta la naturaleza". Al abordar la razón de su piel extremadamente clara, dijo que el sol le hace mal y que "al no tomar nunca, soy demasiado blanco", pero la causa principal es que "no me gusta el contacto con la naturaleza".

Para ejemplificar su rutina, citó su reciente viaje a Norteamérica: "Te cuento otra situación, por ejemplo. Aquí en Miami, apenas salí del avión, bajé, me encerré en el hotel, estuve en la habitación todo cerrado, con todas las cortinas cerradas, solo bajé a la entrega del premio y ahora estoy charlando con vos en este desayuno pero nada más. Vuelvo a la habitación, me encierro y vuelvo a la Argentina". En ese ámbito, prefiere la luz que no es solar: "Sí. No me gusta la luz del sol".

Polino concluyó que la única excepción a esta regla es su gata, Perlita, la cual está en su casa. "Era la gata de mi mamá y cuando mi mamá falleció, me quedé con su gata Perlita. Tiene ocho años".

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