Judiciales > Fallo sin precedentes
Para una psicóloga es positiva la sentencia que sugiere la adopción de un perro
Luego de que una jueza de San Juan emitiera una sentencia sugiriendo que una niña adopte un perro para revincularse con su madre, una psicóloga explicó que si bien la medida es positiva, se trata de un proceso transicional.
Por Facundo Diez
Tras la publicación de DIARIO HUARPE que dio a conocer la sentencia impartida por la jueza de Familia de Cuarta Nominación, Marisa Valdez, sugiriendo la adopción de un perro para que una niña pueda revincularse con su madre, la psicóloga Mariela Serra (M.P.: 512) explicó que si bien la medida es positiva y ayuda a cumplir el cometido final, se trata de un objeto transicional.
En diálogo con este DIARIO HUARPE, Serra aseguró que en este caso, el animal adoptado “es un objeto transicional, el cual funciona como un recurso, puente o herramienta muy bonita, pero debe entenderse que este caso conlleva todo un proceso en el que esta madre debe recuperar la capacidad de maternar desde su adultez”.
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En este sentido, la profesional explicó que la mujer debe, como adulta, despertar la figura del cuidado y protección en su hija, y para ello resulta muy útil la implementación de un animal de compañía, ya que la niña, puede ser testigo de cómo su madre protege al perro y a modo de espejo, identificar que también puede cuidar de ella.
A su vez, la psicóloga defendió esta sugerencia al asegurar que es un método muy empleado en niños, principalmente con discapacidad o que son sometidos a una Cámara Gesell, ya que los animales funcionan como un ablandamiento afectivo y de esa manera, los menores de edad bajan sus defensas y pueden expresarse libremente.
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“Considero muy positiva la medida, pero no hay que tener una mirada recortada, ni cargar expectativas en el animal. Lo adecuado es trabajar terapéuticamente tanto con la madre como con la niña, aunque el perro puede facilitar el proceso de transición, mientras se atienden otros aspectos”, afirmó.
Por otra parte, es válido aclarar que Serra también dio su contrapunto sobre la medida, al explicar que como a todo ser vivo, a un perro puede pasarle algo, y si el menor de edad en cuestión se aferra demasiado al animal, puede sentir sensaciones de pérdida, abandono o angustia, ya que los niños y niñas suelen depositar toda su carga afectiva en ellos.