Provinciales > Historias sanjuaninas
Adrián Podrabinek, el cafetero de especialidad del Centro Cívico
Adrián Podrabinek vio que su trabajo no lo hacía sentir realizado, se arriesgó y ahora ofrece una propuesta diferente en la esquina del Centro Cívico.
Adrián Podrabinek tiene 39 y renunció a una vida que no lo llenaba para hacer algo que le diera tiempo, ahora ofrece café de especialidad en la esquina del Centro Cívico. Con su prensa francesa y café de Brasil, el hombre ofrece no sólo un producto lleno de sabor, sino que también una pausa de cinco minutos para disfrutar en medio del vértigo capitalino.
Su historia es así. Adrián trabajaba en una empresa de monitoreo de cámaras seguridad, era un empleo estable pero sentía que había tocado techo, no había mucho más para avanzar. Lo que colmó el vaso fue un mes en el que trabajó 200 horas. Cuando fue a ver si se habían tomado esas horas extras le respondieron que no, fue entonces que viendo que ese trabajo no llenaba y además no se le reconocía su trabajo de más, renunció.
Estuvo buscando trabajo y no consiguió, el mercado laboral se hace más angosto a medida que pasa el tiempo. Así que se preguntó ¿qué se hacer bien?, la respuesta tomó textura y sabor: café de especialidad.
Este talento lo trabajó gracias al curso de baristas que dio su amigo Miguel Ruiz. Con las herramientas teóricas y su cafetera se ubicó en la esquina de España e Ignacio de la Roza a brindar café de especialidad.
“Vos te das cuenta que es un café diferente, primero por el aroma, es lo primero que llama. Después el sabor queda, y con la prensa francesa se logra un sabor más dulce, renunciando a los ácidos”, explica el maestro.
“Después lo otro que da es depende de la preparación. Pasa que estamos acostumbrado en el día a día en el café torrado, que tiene azúcar, por eso hay muchos que dicen que el café les da acidez por ejemplo, pero tiene que ver más con la calidad del café que con el grano, en si”, agrega.
Adrián habla con la sinceridad de un amigo, con la pasión de alguien que ha conocido algo bueno y tiene la necesidad y obligación de compartirlo.
Compartiendo rosquitos caseros, el café de especialidad al paso se convirtió en la pausa de sabor que necesita la mañana, y viene de alguien que justamente busca en el tiempo, el disfrute, basta buscar a Adrián, que seguro, está detrás de un libro.