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Economistas de San Juan aseguran que la intervención de Milei al mercado fue política
Eduardo Coria Lahoz y Jorge Dávila analizaron la reciente intervención del Tesoro para frenar el dólar. Aseguran que la medida responde más a intereses políticos que económicos, aunque admiten que es una estrategia que cualquier país aplicaría en un contexto de volatilidad.
La decisión del Gobierno nacional de intervenir en el mercado cambiario a través del Tesoro para contener la escalada del dólar abrió un debate inmediato en los círculos económicos. Dos voces sanjuaninas, Eduardo Coria Lahoz y Jorge Dávila, coincidieron en señalar que la medida responde principalmente a motivos electorales, pero también remarcaron que, en términos técnicos, se trata de una reacción que cualquier país adoptaría frente a la volatilidad.
“Hace dos meses dijeron una cosa y ahora se desdicen en medio de un proceso electoral. Vamos a bajar el precio del dólar por conveniencia política, no económica”, planteó a DIARIO HUARPE Coria Lahoz, al recordar que la administración Milei había prometido no intervenir salvo que la divisa superara los topes de la banda cambiaria. La venta de dólares antes de alcanzar ese límite fue, según él, el detonante de la desconfianza.
El economista insistió en que la credibilidad era la única ancla sólida de la actual gestión: “Lo único que tenía el gobierno era su palabra, porque las reservas siguen siendo negativas. Cuando cambiás la postura a días de una elección provincial, el mercado reacciona porque percibe que ya no hay anclas firmes”. En ese sentido, advirtió que la venta de “130 millones de dólares en un solo día” genera dudas sobre la capacidad real de sostener la intervención: “A ese ritmo, en 12 días se quedan sin nada”.
Dávila también puso el acento en la contradicción discursiva. “El plan original era no intervenir en el tipo de cambio. Sin embargo, al final blanquearon que sí lo hacen y eso genera incertidumbre”, sostuvo. Para él, el movimiento del Tesoro revela un objetivo inmediato: “Lo que intentan es eliminar la volatilidad antes de las elecciones en Buenos Aires, que concentran casi el 40% del electorado. Es una jugada política más que económica”.
El uso de dólares que estaban destinados a futuros vencimientos de deuda es otro foco de preocupación. “El Tesoro se está gastando los dólares que debería usar para pagar la deuda futura. Eso genera dudas sobre la capacidad de pago de la Argentina y aumenta el riesgo país”, explicó Dávila.
Coria Lahoz, sin embargo, introdujo un matiz: “El comportamiento del gobierno es bastante racional, es lo que haría cualquier gobierno del mundo. El problema es que en Argentina lo único que les daba credibilidad era esa postura férrea de no moverse ni un centímetro de lo anunciado. Y ahora la cambian justo antes de una elección”.
La velocidad de la devaluación también aparece como un factor crítico. “En julio solo, el peso se devaluó un 13%. Eso es lo que enciende todas las alarmas, porque parece una estampida más que un ajuste natural”, subrayó Dávila. Aun así, relativizó el valor alcanzado: “No es apocalíptico que el dólar valga 1.400. El problema no es el número en sí, sino la rapidez con la que se llegó”.
Ambos economistas coincidieron en que los comicios del próximo domingo en Buenos Aires serán decisivos. “El 50% de lo que vaya a pasar depende del domingo”, afirmó Dávila. Si el oficialismo obtiene un buen resultado, es probable que el mercado interprete cierta estabilidad política y la volatilidad ceda momentáneamente. En cambio, una derrota podría desatar una presión aún mayor sobre la divisa.
En el trasfondo permanece la fragilidad estructural: reservas agotadas, riesgo país en alza, inflación persistente y una economía real debilitada. “Argentina tiene mucho potencial, pero hoy no tiene un solo dólar”, resumió Coria Lahoz. Y la gran incógnita es si la intervención, más política que técnica, logrará ganar tiempo o si terminará acelerando una crisis de confianza aún más profunda.