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Sociedad > Psicofármacos

Creció el consumo de fármacos para dormir y alertan sobre riesgos de automedicación en Argentina

La venta de hipnóticos y sedantes aumentó un 7% en los primeros cinco meses de 2025, mientras especialistas advierten sobre la dependencia y efectos adversos por uso sin control médico.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
En términos absolutos, se comercializaron 1.525.985 unidades de estos fármacos para dormir. Foto: Gentileza

En Argentina, la venta de medicamentos hipnóticos y sedantes experimentó un incremento del 6,9% durante los primeros cinco meses de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). En términos absolutos, se comercializaron 1.525.985 unidades de estos fármacos para dormir, reflejando una tendencia al alza en el consumo.

Este aumento se da en un contexto donde el 60% de la población declara tener problemas para conciliar el sueño, cifra que ha crecido desde la pandemia, de acuerdo con el Observatorio de Psicología Social de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Los factores que inciden en el insomnio y la mala calidad del descanso incluyen el estrés económico, la inseguridad y otras tensiones sociales que afectan directamente la salud del sueño.

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El psicólogo Cristian Garay explicó que existen dos grupos: quienes padecen trastornos del sueño y quienes simplemente duermen menos horas, siendo este último fenómeno el más preocupante por su impacto en la salud integral. Además, el impacto social y económico afecta especialmente a mujeres, adultos mayores y sectores con menores ingresos.

El neumonólogo Facundo Nogueira, jefe del Laboratorio del Sueño del Hospital de Clínicas, señaló que la alteración en la cantidad y calidad del sueño eleva el riesgo de enfermedades y reduce la calidad de vida de quienes la sufren.

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A pesar de este escenario, la venta de tranquilizantes, otro grupo de psicofármacos, mostró una leve disminución del 4%, aunque su volumen sigue siendo mayor. Mientras que medicamentos como clonazepam y alprazolam registran una caída en ventas, otros como zolpidem y sertralina evidencian un crecimiento, lo que refleja cambios en las prácticas de consumo y prescripción médica.

Un aspecto preocupante es el uso frecuente de estos medicamentos sin indicación médica. El doctor Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas José de San Martín, advirtió que “la automedicación se instaló como un hábito preocupante en los últimos años, y muchas personas acuden a fármacos para dormir sin un diagnóstico certero”. Recomendó que los problemas de sueño deben ser abordados inicialmente con el médico de cabecera y que la prescripción de psicofármacos debe realizarse tras una evaluación detallada y personalizada.

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Especialistas en neuropsiquiatría y la COFA advierten que el uso prolongado y sin supervisión médica aumenta el riesgo de dependencia y otros efectos adversos. También critican la prescripción inadecuada, como el uso de ansiolíticos para insomnio leve, cuando la evidencia internacional sugiere priorizar antidepresivos en esos casos, lo que contribuye a un consumo abusivo.

Frente a este desafío, los expertos recomiendan medidas que trascienden el tratamiento farmacológico. Destacan la importancia de la terapia cognitivo conductual, la reducción del tiempo frente a pantallas y la adopción de rutinas nocturnas estables para mejorar la calidad del sueño.

Además, el acceso al tratamiento psicológico en Argentina es relativamente libre de estigmas, a diferencia de otros países de la región, lo que facilita la implementación de estrategias no farmacológicas. Hábitos saludables como mantener la habitación oscura, fresca y silenciosa, evitar comidas pesadas antes de dormir y ejercitarse durante el día, son herramientas accesibles que pueden prevenir el abuso de medicamentos.

Heredia enfatizó que “dormir bien debería ser un derecho” y que gran parte de los problemas de sueño pueden mitigarse con técnicas para manejar el estrés y la ansiedad.

Desde el sistema de salud y en materia de políticas públicas, la creciente venta de fármacos para dormir plantea un desafío sanitario que requiere campañas de concientización para desalentar la automedicación y facilitar el acceso a consultas médicas especializadas. El objetivo es que los psicofármacos se utilicen solo cuando sean estrictamente necesarios, minimizando riesgos.

El problema del sueño está vinculado a otros indicadores de calidad de vida, malestar social y vulnerabilidad emocional. Por ello, expertos y organizaciones subrayan la importancia de mejorar las condiciones habitacionales y promover el control de la ansiedad y angustia como herramientas fundamentales para favorecer un descanso saludable.

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