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Informe revela que casi todas las empresas argentinas perdieron rentabilidad en 2025
Un análisis de FixScr muestra que el 89% de las compañías mantiene grado de inversión, pero la mayoría enfrentó caídas en márgenes, flujo de caja negativo y mayor dependencia de deuda en un año complejo.
POR REDACCIÓN
El año 2025 se presentó como un período desafiante para las empresas argentinas, que enfrentaron un contexto macroeconómico complicado marcado por una caída en el consumo, dificultades para acceder a financiamiento, aceleración inflacionaria y aumento de costos operativos. Esta combinación impactó negativamente en la rentabilidad y en la salud financiera de la mayoría de las compañías, según un informe reciente de FixScr, afiliada a Fitch Ratings.
El estudio, actualizado a noviembre de 2025, destaca que aunque el 89% de las 89 empresas analizadas mantiene grado de inversión, la mayoría sufrió pérdidas en sus márgenes y flujos de fondos libres negativos. La fragilidad en la liquidez fue el factor clave que determinó el desempeño corporativo durante el año, con un aumento en la dependencia de la deuda y una menor resiliencia frente a las fluctuaciones macroeconómicas.
El informe señala que las calificaciones crediticias reflejaron este deterioro: las bajas superaron a las subas y la presión sobre la deuda de corto plazo fue significativa en un contexto de tasas reales volátiles y limitadas líneas de financiamiento externas. Por ejemplo, la mediana de cobertura de intereses para la categoría AAA(arg) fue de 8,2 veces, mientras que para BBB(arg) cayó a 1,8 veces, evidenciando la mayor vulnerabilidad de las empresas con menor calificación.
En términos de apalancamiento, las compañías AAA(arg) mostraron una mediana de 1,2 veces, contrastando con las BBB(arg) que alcanzaron 2,0 veces, lo que indica una creciente dependencia del endeudamiento en el segmento más débil.
Un aspecto sobresaliente del informe es la caída en la rentabilidad: la mediana de retorno para AAA(arg) pasó de un 2,1% en 2022 a -16,8% en 2025. Esta reversión se atribuye a la contracción macroeconómica, el aumento de costos logísticos, la presión tarifaria y la pérdida de competitividad en mercados internacionales.
El análisis incluye casos emblemáticos como Aluar, Arcor, Pampa Energía y YPF. Aunque estas empresas conservan calificaciones AAA(arg), todas registraron flujos de fondos libres negativos. Por ejemplo, Aluar reportó ingresos por $1.528.787 millones y un EBITDA de $167.779 millones, pero su flujo de fondos libre fue de -$391.119 millones, reflejando el impacto de precios internacionales desfavorables y costos energéticos elevados.
Arcor, con ingresos por $4.297.042 millones y un EBITDA de $338.941 millones, tuvo un flujo de fondos libre negativo de -$165.736 millones, situación similar a la de Pampa Energía, que cerró con un flujo de -$385.217 millones pese a un resultado neto positivo de $472.014 millones.
YPF, la petrolera estatal, registró ingresos por $20.186.753 millones y un EBITDA de $4.794.247 millones, con un resultado neto de $1.168.505 millones, pero su flujo de fondos libre fue negativo en -$1.292.292 millones, reflejando las inversiones necesarias en proyectos clave y la volatilidad del mercado.
En el segmento AA(arg), empresas como Telecom Argentina y Central Puerto mantienen perspectivas estables o positivas, aunque enfrentan desafíos como tarifas rezagadas y regulación estricta. Telecom, por ejemplo, no pudo trasladar totalmente los costos a tarifas durante varios tramos del año, pero su escala y estabilidad financiera le brindan un panorama más favorable.
En la categoría A(arg), compañías como Compañía General de Combustibles y Edenor también muestran estabilidad relativa, pese a dificultades como el rezago tarifario y la presión sobre márgenes.
Por otro lado, empresas calificadas en D(arg), como Agrofina y Celulosa Argentina, se encuentran en procesos de incumplimiento o reestructuración, reflejando un deterioro profundo asociado a modelos de negocio con baja generación de caja y alta dependencia crediticia.
La responsable de Finanzas Corporativas de Fix SCR, Cecilia Minguillón, comentó: “El escenario macroeconómico de 2025 resultó muy complejo para las compañías que tenían montos significativos de deuda corto plazo. El aumento de la tasa de interés junto con una restricción del crédito afectó a aquellas compañías que presentaban niveles de liquidez más ajustados. Con inflación y tasas en descenso, se espera un aumento en la intensidad de las inversiones, fundamentalmente energía y minería”.
El informe concluye que la simultaneidad de shocks macroeconómicos durante 2025 limitó la capacidad de reacción de las empresas y obligó a priorizar el control del gasto y la gestión del capital de trabajo, incluso en firmas con mayor solidez crediticia.