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Provinciales > Abuso en El Médano

Los vecinos sospechaban que en ese rancho pasaba "algo malo"

Este diario fue al asentamiento Cristo Pobre, la gente de la zona contó que vieron conductas indebidas por parte del padrastro y aseguran que, en su momento pidieron ayuda. 

POR REDACCIÓN

03 de abril de 2019

"Siento impotencia de no haber hecho más", con estas palabras y conteniendo las lágrimas, una de las vecinas del asentamiento Cristo Pobre definió su sentir tras saber que una nena de 11 años de su vecindario fue violada y este miércoles debieron interrumpir el embarazo que fue producto del abuso sexual al que fue sometida.

El nombre del asentamiento Cristo Pobre describe a la perfección la situación de este grupo habitacional que consta de menos de dos manzanas de casas muy humildes, con calles de tierra y escaso alumbrado público. Allí, al final de un callejón estaba ubicado un rancho con paredes de caña y barro y un cañizo sin cubrir en el techo. Eran dos piezas de menos de 12 metros cuadrados. En ese humilde recinto se vivió días de horror, donde la pequeña de 11 años asegura que su padrastro la abusó en reiteradas oportunidades hasta que la dejó embarazada. 

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La familia estaba compuesta por la madre de las nenas, su segunda pareja, su hija mayor producto de una relación anterior y la nena de 5 años que es hija biológica del hombre sindicado como el presunto abusador de la nena más grande.

Las vecinas de la zona cuentan que esta familia llegó al lugar hace unos dos años provenientes del Barrio La Estación. "Nosotros pensábamos que la nena que abusaron era hija de este hombre, porque en el merendero al que concurrían la inscribieron con el apellido de él. Es más ella le decía papá", aseguró una vecina que prefirió no dar su nombre por temor a represalias. 

Más allá de la pobreza extrema en la que vivían, los vecinos contaron que este hombre sometía a las nenas a malos tratos y hasta las hacía salir a pedir comida por el vecindario.

"Al principio les dábamos lo que podíamos, pero después nos dimos cuenta que este hombre usaba las pocas moneditas que recolectaban las niñas para comprarse sus cigarrillos, por eso los vecinos dejaron de darles plata", aseguró otra vecina que aún se molesta al recordar esto. 

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Otra cosa que generó molestia en la gente de la zona es que cuando intentaron darle trabajo al hombre, él buscaba cobrar por adelantado y luego no cumplía con el encargo, por eso dejaron de contratarlo. 

Mientras tanto, la madre de las nenas era una mujer muy retraída "casi huraña", como la definen quienes la conocen y aseguran que casi nunca salía de la casa y las niñas eran las que salían a la calle a comprar los pocos alimentos que podían adquirir, aunque lo hacían de manera tímida, sin hablar, con la mirada atenta del hombre que las seguía en cada paso que daban. 

Hubo otra vecina que contó que las nenas estaban mucho en la calle. "La nena mayor solía andar hasta la 1 de la mañana, la dejaban salir en moto hasta la madrugada", contó una mujer de la zona quien agregó que ella misma llamó al 102 para pedir que vinieran a ver a las niñas. "Nunca vi que las visitará un asistente social ni nada, ahora ya es tarde", concluyó.  

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