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Opinión

Quién ganaría si las elecciones fueran hoy, según el Gobierno

Si las elecciones fueran hoy, Mauricio Macri alcanzaría la reelección, María Eugenia Vidal retendría la provincia y Horacio Rodríguez Larreta ganaría cómodamente en la Ciudad. Eso es lo que piensan y dicen, en voz, baja, los que reciben y analizan las encuestas de Cambiemos. Macri lo haría de una manera muy ajustada. Quizá todavía más ajustada de lo que lo hizo en diciembre de 2015 contra Daniel Scioli. Vidal le sacaría entre ocho y diez puntos a un candidato como Axel Kicillof en el territorio bonaerense y Rodríguez Larreta triunfaría "caminando" en la Ciudad, sostenido en la imagen de gestión, que obtiene cifras superiores a las de Macri, como jefe de gobierno, en su mejor momento.

Las estadísticas que reciben los jefes de gabinete de la Nación, Marcos Peña, y de la Provincia, Federico Salvai, son el insumo en el que se basan las suposiciones. Se trata de trabajos diarios y su mayor utilidad es ver como se mueven las tendencias. Ahora la cúpula de PRO está más tranquila y desahogada. Se frenó la curva de descenso de la imagen del jefe de Estado.

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Aunque fuera de la Casa Rosada no lo quieren, parte de este cambio de dirección también se lo deberían al diagnóstico de Jaime Durán Barba. Parece que más allá del escepticismo del denominado círculo rojo, el paquete de medidas económicas "de alivio" funcionó en dos sentidos independientes: el simbólico y el real. El simbólico, porque parte de los votantes bajaron su nivel de bronca contra Macri y la administración, ya que interpretaron que, en efecto, está tratando de "hacer algo". Y en el real, porque los precios esenciales, el congelamiento parcial de tarifas y los créditos a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y los Jubilados y Pensionados están moviendo, aunque en forma muy leve, el consumo para arriba, y al mismo tiempo, están sirviendo para bajar la inflación.

Enero había traído malas noticias. Febrero también. En marzo llegaron peores y en abril se registraron los peores números de descontento social. Pero desde la tercera semana del mes pasado hasta ahora la imagen y la intención de voto de Macri se fue recuperando, en simultáneo con una baja un poco más leve, pero ahora constante, de la imagen e intención de voto de la ex presidenta Cristina Fernandez de Kirchner.

La actual senadora se volvió a poner en el centro de la escena con la publicación de su libro Sinceramente. Les refrescó la memoria de quienes no recordaban con tanta nitidez sus cadenas nacionales eternas y el dedo siempre levantado para analizar la realidad. La presentación, con el ataque a la periodista Maru Duffard de TN incluida, y otros hechos como la crisis en Venezuela y la reaparición de varios impresentables del Partido Justicialista, hicieron el resto.

Pero los que están todo el día con las planillas de encuestas en la mano son prudentes y se cuidan mucho de mostrarse exitistas. Peña y Salvai son los cultores del paso a paso. Primero necesitan que la convención nacional del radicalismo ratifique el apoyo a Cambiemos. Después llegará el turno de elegir una compañera o un compañero de fórmula para Macri.

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Al mismo tiempo se quieren asegurar que el peronismo siga dividido por lo menos en dos partes: los que están con Cristina, y los integrantes de Alternativa Federal, quienes todavía no se terminan de poner de acuerdo sobre quien debería ser en líder. Los cráneos de Cambiemos le tienen más cuidado a Roberto Lavagna que a Sergio Massa. Dicen que el ex ministro de Economía les quitaría más votos a Macri que el ex intendente de Tigre. Además festejaron cuando vieron en las redes la foto de Cristina junto a las caripelas más rutilantes del PJ, una imagen piantavotos y de pretendida unidad.

El Presidente, Vidal y Rodríguez Larreta todos los días se levantan rezando para que no se dispare el tipo de cambio, que es lo que regresaría a Cambiemos a la curva descendente que parecía no terminar. La expectativa de inflación hacia la baja y el cierre de algunas paritarias, junto con el próximo aumento para los jubilados, son las cartas con las que apuestan pasar el otoño y entrar a las PASO más entonados y fortalecidos.

"Tenemos que ganar  Las Paso  aunque sea por un voto. Porque si Mauricio pierde contra Cristina, aunque después pensemos que le ganamos en primera vuelta, pueda afectar la economía y hacer volar todo por los aires" es la nueva religión de Durán Barba, quien todavía sigue en Buenos Aires, monitoreando el más mínimo corrimiento del escenario electoral.

 

Para El Cronista

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