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"Soy consciente, señor juez": el femicida de Yoselí pasará más de 35 años en el penal
Juan Carlos “Pelado” Rodríguez reconoció los hechos frente al Tribunal y aceptó la culpabilidad. Fiscalía y Defensa llegaron a un acuerdo de juicio abreviado.
Por Facundo Merenda
No se inmutó. Así estuvo durante toda la audiencia que duró más de tres horas en Tribunales, aunque reconoció que violó y mató a su prima, Yoselí de 10 años. “Soy consciente, señor juez”, dijo cuando aceptó los términos del juicio abreviado al que arribó el Ministerio Público Fiscal y la Defensa. Juan Carlos “Pelado” Rodríguez, de 24, fue condenado a reclusión perpetua por abuso sexual en concurso real con homicidio criminis causa agravado por violencia de género.
Pasaron 67 días del aberrante crimen que sacudió a San Juan el 1 de enero. El imputado llegó este martes para escuchar a los fiscales, encabezados por el doctor Iván Grassi, y concluir así la etapa de instrucción de la investigación para que iniciara el juicio oral, público y contradictorio. Sin embargo, todo cambió cuando hubo acuerdo entre las partes.
El encuentro entre el implicado y la Justicia mutó de lugar. Inicialmente, estaba previsto en la Sala 4, pero la cantidad de periodistas interesados en cubrir el juicio obligó a trasladarlo a la Sala 9. El hombre salió esposado. Una camiseta deportiva blanca con visos azules cubría su torso. Se sentó para escuchar las pruebas en su contra.
El juez Alberto Caballero le consultó su nombre y documento. Rodríguez se bajó el barbijo y contestó, aunque sin gesticular. Estaba tieso.
El momento más contundente fue cuando Grassi desplegó todo lo que recolectó en estos dos meses para validar su postura de que Rodríguez era el único responsable de causarle la muerte a la pequeña.
El informe del médico legista, Carlos Cantoni, confirmó que Yoselí fue abusada sexualmente durante la madrugada del primer día de este año. Esto corroboró la hipótesis inicial de los peritos y agravó la situación procesal de su primo. Grassi aseguró que el accionar del implicado fue despreciable hacia el género femenino.
La madrugada, que para la mayoría fue de festejo por recibir un nuevo año, se convirtió en la peor pesadilla para Yoselí y sus familiares. La nena fue a dormir a la casa de su tía sobre calle Adán Quiroga y Ruta Nacional 40 en la localidad de Media Agua, Sarmiento. Cuando promediaba la noche, Rodríguez la tomó por la fuerza y la llevó a unos 80 metros hacia el este en un descampado.
El implicado abusó de la pequeña en medio de la oscuridad y los matorrales. Como si esto no le fuera suficiente, tomó un cuchillo tramontina, mango marrón, y le propinó once puñaladas en su cara y cuello.
El femicida arrastró el cuerpo de su prima unos cinco metros hasta esconderla entre unos arbustos. El cuchillo lo escondió a 50 metros de la casa. En este elemento quedó cabello de la víctima y rastros de ADN del imputado que fueron clave para los investigadores.
Desencajado. En ese estado llegó Rodríguez nuevamente a su casa, pero esta vez sin la niña. Testigos aseguran que tenía tierra en sus piernas y sangre entre su ropa. A las 6:30, casi con el sol arriba, tomó un baño para borrar evidencias, pero entre sus familiares empezaron las sospechas. Yoselí no estaba durmiendo. “Me la mandé”, le confesó el acusado a uno de sus hermanos.
La víctima fue encontrada muerta por sus primas que salieron a buscarla. La autopsia demostró que fue producto de un shock hipovolémico, es decir, que murió desangrada por la cantidad de heridas que le efectuó.
Los peritos encontraron resto de material genético del hombre en su cuerpo, como así también de la pequeña entre las uñas del femicida lo que los llevó a pensar que la menor intentó defenderse mientras era atacada sexualmente por el joven.
Juicio abreviado
La Fiscalía como la Defensa Oficial, encabezada por el doctor Hugo Trigo, acordó la pena de reclusión perpetua. Rodríguez aceptó los términos del entendimiento y así se lo hizo saber al juez. Un cuarto intermedio de 23 minutos sirvió para la conformación del Tribunal que lo juzgaría posteriormente. Al presidente Alberto Caballero se le sumaron los vocales Eugenio Barbera y Javier Figuerola.
No quiso ver
Grassi presentó las pruebas fotográficas ante los magistrados. Eran 119 imágenes, pero solamente se limitaron a mostrar una decena. Fiscalía pidió al Tribunal que los periodistas no retrataran el momento para proteger a la menor, medida que consideró oportuna Caballero.
Rodríguez cambió de lugar y se enfrentó al televisor. Parecía estar aislado en una burbuja, pese a que todos los cañones apuntaban contra él. Nada lo sacaba de ese estado. Sin embargo, la foto de la menor acuchillada en el medio del campo hizo que cerrara los ojos y se repugnara del horror que él mismo causó.
La condena
Afuera de Tribunales una multitud de mujeres se agolpó para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y recordar a las que ya no están.
Con fotos de las sanjuaninas que murieron tras ser víctima de violencia de género, las voces de una centena pidiendo justicia y cantando “Paren de matarnos”, de Miss Bolivia, se replicaban entre las paredes del subsuelo en la que estaba por condenar a Rodríguez.
Pasaron 55 minutos y el Tribunal pronunció la sentencia. El abuso sexual sumado al brutal asesinato y las muestras de desprecio que señaló fiscalía (ocultamiento del cuerpo, evidencias borradas, esconder el arma homicida y huir del lugar) hicieron que Caballero, Barbera y Figuerola le dieran la pena máxima del Código Penal.
Rodríguez fue sentenciado a reclusión perpetua por lo que durante 35 años estará en el penal de Chimbas. Una vez alcanzado ese tiempo tras las rejas, cuando él tenga 59, podrá solicitar algún que otro beneficio legal, aunque no necesariamente será concedido por los magistrados.