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El juicio histórico que trajo alivio a más de 200 familias
El 23 de octubre de 2018, la Justicia Federal condenaba a prisión perpetua a once militares y policías retirados por diversos delitos de lesa humanidad en el marco del Segundo Megajuicio realizado en la provincia.
POR REDACCIÓN
Desde la vuelta de la Democracia y la conformación de la CONADEP, una comisión creada por el aquel entonces presidente Raúl Alfonsín el 15 de diciembre de 1983 para investigar las reiteradas y planificadas violaciones a los derechos humanos durante el período del terrorismo de Estado en Argentina, en San Juan se realizaron dos megajuicios con condenas máximas para represores y uno empezó su transcurso. En ese marco, este martes se cumple un año de que la Justicia dijo "Nunca Más" a exmilitares y expolicías. El 23 de octubre de 2018 el Tribunal Federal Oral condenó a once represores a perpetua, otros dos recibieron penas menores por delitos de lesa humanidad y tres fueron absueltos. Fueron 200 las víctimas que abrieron las causas del Segundo Megajuicio. Es decir 200 familias recibieron un poco de alivio para los 35 años de dolor que pasaron.
Los condenados fueron Jorge Olivera, Gustavo De Marchi, Osvaldo Martel, Daniel Gómez, Francisco Del Torchio, Eduardo Cardozo, Rubén Arturo Ortega, Juan Carlos Coronel y Eduardo Vic, quienes fueron responsables de los grupos de tareas que se encargaron de secuestrar, torturar y hacer desaparecer a personas con una ideología diferente al gobierno de facto, según los expedientes de investigación.
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Los expolicías del Departamento de Inteligencia D2, José Hilarión Rodríguez y Juan Carlos Torres también fueron condenados con la máxima pena. A ellos se les achacó la investigación e indentificación de las personas que luego serían torturadas.
Las penas menores fueron para el exmilitar Juan Carlos Méndez Casariego, que recibió 18 años de cárcel y el policía de la Federal Juan Alberto Aballay, que obtuvo 6 años. El exmilitar Elías Arancio, Nicolás Manrique y Pedro Blanco fueron absueltos por el beneficio de la duda.
El día de la sentencia tuvo un enorme despliegue. El Tribunal Federal Oral de calles Mitre y Avenida La Rioja estuvo repleto. A su vez familiares de víctimas, grupos de derechos humanos y políticos colmaron El Rectorado, ubicado a pocos metros, y siguieron el dictado del fallo por teleconferencia.