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Boliches en la mira

Malas noticias para los vecinos de Trinidad: los boliches sobre ruta 40, no se tocan

En diálogo con el intendente Franco Aranda manifestó que mientras los propietarios cumplan con los requisitos que establece la normativa, el municipio no puede oponerse a la actividad nocturna en el lugar.

POR REDACCIÓN

27 de julio de 2018

Sin lugar a dudas, las declaraciones del intendente capitalino no van a caer bien en los cientos de vecinos que desde hace más de 16 años vienen pidiendo que los funcionarios del Estado (municipales, provinciales y hasta de la justicia), hagan respetar sus derechos de bien estar, en el lugar donde viven. Y más, teniendo en cuenta que los ánimos ya estaban caldeados de antemano, porque el jefe comunal nunca concretó la reunión con los vecinos, acordada en el último encuentro que la vecinal mantuvo con los funcionarios de rangos menores del municipio (ver nota relacionada).


Derechos adquiridos

A la hora de abordar el tema, el intendente Franco Aranda, manifestó que el municipio no va a hacer mucho más de lo que ha hecho, porque las habilitaciones con las que cuentan estos boliches, vienen desde hace mucho tiempo y que tienen derechos adquiridos.

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“Nosotros hemos estado haciendo las intervenciones que a nosotros nos competen al respecto”, empezó diciendo “Esos boliches tienen una habilitación de hace mucho tiempo atrás. Por lo tanto mientras cumplan con los requisitos que la normativa establece nosotros no podemos oponernos”.

Pilas de denuncias

Es preciso destacar que la lucha vecinal lleva más de 16 años y ninguno de los entes de control ha hecho nada por los derechos de los vecinos.

Son pilas y pilas de denuncias, de expedientes iniciados en la Municipalidad de la Capital y en los Juzgado de Faltas, pero los boliches siguen funcionando, y según los vecinos: “con una clara connivencia de los que tienen que actuar, y con total impunidad”.

Hechos que sobrepasan

En cuanto al evidente conflicto social que se presenta en la zona impactada por la actividad nocturna, el jefe comunal contó que ha pedido colaboración, y aseguró que el tema “a veces, lo sobrepasa”.

“Entiendo que muchas veces, el público que va a los boliches sale alcoholizada y genera molestias a los vecinos”, expresó Aranda “Y por eso les estamos exigiendo a los propietarios de esos lugares que pongan seguridad. También le hemos pedido al gobierno de la provincia que nos dé una mano con la policía, con el objetivo de mediar en este tema que, a veces, nos sobrepasa”.

La zona afectada

En la actualidad sobre la Ruta 40 (desde calle Sarassa hasta Esquiú), hay tres, de cuatro, boliches funcionando. Y la zona afectada se estima en un radio de un kilómetro.

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Los vecinos denuncian: ruidos molestos no solo por la música a volúmenes altos, sino también por un tránsito peatonal y vehicular saturado por la zona. Y a la salida de los boliches, los desbordes de todo tipo, estimulados por el alcohol en sangre: picadas de autos y motos; gritos; peleas; registros de descomposturas estomacales e intestinales; entre otros desmanes que alteran el bien estar de los cientos de vecinos que residen en la zona.

Evidentemente, en el lugar tenemos un problema”, dijo Aranda. “Pero como dije anteriormente, cuando son habilitaciones que vienen desde hace mucho tiempo, nosotros tampoco podemos salir a decir aquí no funciona tal o cual boliche, porque hay derechos adquiridos, y esa es la realidad”.

Desde luego, las declaraciones del intendente son contundentes y develan la postura del municipio ante un tema polémico y de un cuadro de conflicto social agudo.

Ahora habrá que ver cómo reacciona la vecinal frente a estos conceptos.

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