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Cómo sobrevivir Navidad y Año Nuevo con menos estrés
Con la llegada de Navidad y Año Nuevo, aumentan las exigencias sociales, familiares y económicas. Una guía práctica propone estrategias sencillas y efectivas para manejar el estrés, planificar actividades y disfrutar sin agobios.
POR REDACCIÓN
Llega la temporada más esperada del año, pero también puede ser una de las más estresantes si no se manejan bien las expectativas, las compras, las reuniones familiares y los compromisos sociales. Para muchos, la acumulación de tareas y presiones propias de las fiestas de Navidad y Año Nuevo genera ansiedad, desequilibrios en la rutina y malestar físico y emocional.
Para atravesar este período con mayor bienestar, especialistas en psicología y manejo del estrés sugieren planificar con anticipación tanto compras como encuentros, evitando postergaciones de último momento que suelen generar tensión innecesaria.
Un primer consejo es establecer prioridades claras: definir qué eventos son realmente significativos y cuáles pueden flexibilizarse o delegarse. Esto ayuda a reducir la sensación de obligación constante y a enfocarse en lo que verdaderamente importa para cada persona o familia.
Otro recurso recomendado es fijar un presupuesto realista para regalos, comidas y salidas, evitando endeudarse o sentir presión por compararse con expectativas ajenas. El equilibrio económico, señalan los expertos, influye directamente en el estado de ánimo y la percepción de bienestar.
En cuanto a la salud emocional, se aconseja mantener momentos de descanso y autocuidado, como paseos, ejercicios breves o activaciones de respiración profunda, que contribuyen a disminuir la tensión acumulada y a mejorar la calidad del sueño.
También se sugiere practicar la comunicación asertiva durante las reuniones familiares o con amigos, expresando necesidades y límites con claridad para evitar malentendidos o expectativas poco realistas.
Por último, profesionales recomiendan incorporar actitudes de gratitud y presencia plena durante los encuentros, enfocándose en experiencias compartidas más que en perfección logística. Este cambio de perspectiva puede transformar la calidad de las celebraciones y potenciar sensaciones positivas.
Con estas estrategias, la propuesta es vivir las fiestas con mayor disfrute y menos presión, promoviendo equilibrio emocional, bienestar personal y relaciones saludables durante un período que, con buena organización, puede ser celebratorio y reconfortante.