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Provinciales > Análisis profesional

El motivo por el que los adolescentes realizan amenazas de bomba y qué hacer para frenarlas

La psicóloga Mariela Serra analiza las causas de estos llamados realizando amenazas de bomba en San Juan y plantea qué medidas son necesarias para trabajar con los jóvenes responsables.

Hace 2 horas
Amenaza de bomba en la escuela Eugenia Belín Sarmiento, Rawson. Foto: Archivo DIARIO HUARPE///Gabriel Flores.

San Juan atraviesa un fenómeno preocupante: en lo que va del año ya hay una veintena de amenazas de bomba en escuelas y edificios públicos. La mayoría de estos episodios fueron originados por adolescentes, lo que no solo genera temor en la comunidad educativa, sino también un fuerte gasto de recursos por parte de la policía y el escuadrón antibombas. Si bien los llamados resultaron falsos, cada procedimiento implica la evacuación de cientos de personas y la interrupción de la actividad escolar o institucional.

La psicóloga Mariela Serra advirtió a DIARIO HUARPE que estos hechos deben analizarse más allá de la sanción inmediata: “Lo primero que llama la atención es que cuando los chicos hacen un llamado de amenaza, hoy la tecnología permite geolocalizar rápidamente el dispositivo desde el que se realizó. Sabemos que, por cuestiones legales, los adolescentes no quedan detenidos, pero no basta con que sus familias paguen una multa. Es indispensable un abordaje psicológico que indague qué los motivó y en qué contexto viven”.

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El aspecto económico tampoco es menor. Cada intervención moviliza patrulleros, personal policial, brigadas especiales y hasta equipos de salud en algunos casos. La profesional remarcó: “Se trata de un gran gasto, un movimiento enorme de fuerzas. Por eso es clave que el adolescente entienda la dimensión de lo que genera y que asuma una responsabilidad. La consecuencia no debe limitarse a un castigo, sino a un compromiso: reparar el daño con trabajos comunitarios y con un proceso de reflexión”.

La especialista sostiene que el trabajo debe orientarse a valores y empatía. “Si un chico afecta a toda una comunidad, lo más valioso es que repare a través de una acción comunitaria. Eso le permite comprender el alcance de sus actos. No se trata de sancionar por sancionar, sino de generar un aprendizaje que le muestre que sus conductas tienen consecuencias”, explicó.

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Para Serra, uno de los puntos centrales está en la impulsividad adolescente. “La adolescencia es una etapa marcada por la impulsividad, pero no olvidemos que también los adultos somos impulsivos y ofrecemos esos modelos. Por eso debemos generar espacios donde los chicos puedan canalizar esa energía. El deporte es un excelente recurso: tiene reglas claras, permite descargar tensiones y ayuda a regular conductas. En cambio, vemos que muchos pasan largas horas frente a pantallas, con exceso de tiempo de ocio sin sentido”.

La psicóloga también puso el foco en el rol de las familias y la comunidad: “Los adolescentes necesitan pertenecer a grupos con normas y valores claros. Si un chico ocupa su día entre la escuela, la familia y actividades complementarias, difícilmente se convierta en alguien de riesgo. Pero cuando el vacío lo llena la tecnología sin control, se multiplican las conductas problemáticas”.

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El desafío, entonces, es integral. No se trata solamente de frenar los llamados falsos o de imponer sanciones económicas, sino de trabajar en prevención, contención y educación. Serra concluyó: “Debemos revisar qué modelos reciben los adolescentes y qué espacios de expresión les estamos ofreciendo. Si logramos que puedan hablar, descargar y encontrar un lugar de pertenencia, reduciremos estos comportamientos que hoy preocupan a toda la sociedad”.

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