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Adriana Vera, la periodista que hace más de 32 años acompaña a alumnos y docentes ‘con tiza y pizarrón’
La profesional fue conquistando a su público y hoy se convirtió en una referente indiscutida de la información educativa.
POR REDACCIÓN
Tiene su sello propio, ese que la acompaña hace más de 32 años. Informar lo justo y preciso es lo suyo, pero se transforma en fundamental para muchos docentes y alumnos sanjuaninos que esperan una respuesta a sus inquietudes puntuales. Adriana Vera, de 54 años, se convirtió en una de las periodistas indiscutidas en materia de educación. Sin embargo, su carrera no arrancó ahora con la explosión de las multiplataformas digitales, sino que desde finales de la década del ’80 la tuvo como una de las grandes protagonistas a la hora de buscar las herramientas para informar.
“Con tiza y pizarrón” -como reza el eslogan de su programa- la profesional marcó una trayectoria radial. Nació en Colón, pero solamente por cinco minutos. Era un programa telonero de lo que era la gran apuesta de ese medio: Vértice Deportivo. El espacio surgió por la curiosidad e investigación de Vera. Ella era periodista de planta de esa emisora y en la tarde conformaba el equipo informativo, aunque la educación fue su bandera para destacarse del resto.
A sus veinte y pico, Vera no era ninguna improvisada. Sabía bien de lo que hablaba. Las problemáticas educativas y las sin respuestas las vivía a diario cuando sus padres, Lucho y Ofelia, le preguntaban sobre temas relacionados con su profesión de docentes. La profesional se codeó con ese trajín diario y entendió que su misión era llevar un poco de claridad para todos aquellos que, al igual que sus papás, podían tener alguna duda. Al principio los hizo para contentarlos en su casa, pero rápidamente se transformó en un segmento que cobró muchos adeptos.
“Es una satisfacción sostener algo en el tiempo. Se cubrió una necesidad que había para la comunidad educativa. La gente me acompañó desde el inicio”, dijo Vera a DIARIO HUARPE.
A mediados de 1989 a Vera le concedieron ese espacio para desandar lo que luego se convirtió en su fuerte. Lo hacía gratis. Entendía que era para cumplir con su rol informativo. El espacio se fue consolidando y mutó a diez minutos. Esta vez ya obtuvo su primer auspiciante: La Casa de las Galletitas, un negocio tradicional que funcionaba por calle Laprida.
No fue suficiente. El teléfono de Colón ardía de llamados. Sí, en ese tiempo eran llamados, los mensajes todavía no llegaban, pero la conductora radial recibía algunas cartas de aquellos oyentes que eran más metódicos y tenían preguntas puntuales. Así las cosas, el ciclo anexó cinco minutos más.
La periodista se formó en distintas temáticas porque las consultas iban en aumento. Con un anotador y un grabador, Vera empezó a recorrer los pasillos de lo que era la antigua Dirección de Escuelas, hoy Ministerio de Educación. Esta tarea no cesó con los años, sino que cada vez se intensificó más y ahora es una tarea diaria para ella.
“Me especialicé en distintos aspectos. Fui el puente entre el docente y el ministerio”, relató. La periodista dijo que muchos docentes le agradecían porque obtuvieron su primera suplencia debido a que escuchaban su programa.
En 1990 el programa tuvo otra ampliación: pasó a 30 minutos. El único gremio por aquel entonces, UDAP, apostó a la publicidad y a compartir sus actividades. También lo hizo Librería San Carlos que amortizaba los costos que a Vera le implicaba la emisión diaria.
Más allá del reconocimiento que la profesional fue teniendo por parte de sus seguidores radiales, en 1995 le llegó una resolución de Educación que la posicionó aún más en la sociedad. El organismo local le dio el carácter oficial a su programa convirtiéndose casi en un “boletín radial”, es decir, todo lo que allí se decía en cuanto a cargos, nombramientos y disposiciones se daban por enteramente sabidos dentro de la comunidad educativa. Eso terminó de potenciar el espacio y afianzar la credibilidad que Vera logró cosechar en los primeros tiempos de su prolífera carrera.
La mujer pasó por distintos medios y en cada uno consolidó su espacio. Colón la cobijó por cuatro años, mientras que en Sarmiento su ciclo duró once. Su máxima estadía la tuvo, hasta el momento, en La Red con doce temporadas, y hace más de cuatro años se desempeña en la AM 1020. Vera conquistó el informativo de las 6.30 de la mañana con sus adelantos, y en este último tiempo migró al mediodía, de 12.30 a 13.30, para acompañar a los docentes que rotan del turno matutino al vespertino.
Más allá del aspecto profesional, Vera encontró el amor dentro de la radio. Su expareja es operador y con él tuvo dos hijos: Iñaki, de 23, y Bautista, de 17. Reconoce que ninguno está muy interesado en los medios, pero explicó que siempre la acompañan haciendo esto que tanto le gusta.