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Policiales > En Rawson

Agresión, resistencia y drama familiar frente a una subcomisaría

Un hombre arremetió contra uniformados de la Policía de San Juan, quienes debieron reducirlo para llevarlo a la comisaría. 

Hace 3 horas
El sujeto aún en la dependencia policial continuaba en estado de alteración.

En un hecho que tuvo lugar este jueves en el departamento Rawson, un hombre, en un aparente estado de alteración mental o bajo los efectos de alguna sustancia, agredió a su esposa en su casa, rompió un teléfono celular, se resistió a la autoridad, lesionó a un oficial y dañó otro dispositivo móvil. El suceso se dio a pocos metros de la Subcomisaría Buenaventura Luna, cuyos efectivos acudieron de inmediato a la vivienda.

El drama se vivió en la calle Neuquén, en el barrio Buenaventura Luna. El protagonista, identificado como Francisco José Orellano, llegó a su casa alterado y comenzó a discutir con su esposa frente a sus hijos, profiriendo gritos e incoherencias como “Donde tenés escondido el macho" y "vos me querés matar a mí”.

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Los gritos de la pareja alertaron a los efectivos que se encontraban en la Subcomisaría, ubicada frente a la vivienda. Al llegar al domicilio, Orellano les abrió la puerta y, en un estado de exaltación, les gritó "Agárrenla me quiere matar". La mujer, por su parte, le manifestó a los oficiales que su esposo "no se encontraba en sus cabales" y que le había roto el celular. A pesar de la situación, la esposa de Orellano no quiso realizar ninguna denuncia.

Ante la negativa de la mujer a denunciar, los policías intentaron calmar al hombre, pero este salió de la vivienda y se lanzó a la calle. Los oficiales le dieron la voz de alto, a la que el sujeto hizo caso omiso. Al intentar ser retenido, Orellano opuso una feroz resistencia, dando patadas a los uniformados. Una de las patadas impactó en la pierna de un oficial, a la vez que le rompió el celular que llevaba en el bolsillo.

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Una vez que Orellano fue reducido, lo trasladaron a la Subcomisaria Buenaventura Luna, desde donde se comunicaron con el 107. Cuando el personal médico llegó a la dependencia, le inyectaron diazepam (un tranquilizante psicotrópico) para calmarlo.

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