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El Cronista

El Fondo sabe que Macri va a cumplir, pero quiere saber qué caja deja

El presidente Mauricio Macri tendrá esta semana la oportunidad de volver a saborear el reconocimiento que disfrutó en la comunidad internacional como presidente del G20.

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

Por Hernán de Goñi

El presidente Mauricio Macri tendrá esta semana la oportunidad de volver a saborear el reconocimiento que disfrutó en la comunidad internacional como presidente del G20. Serán unas horas, durante su veloz paso por la asamblea general de la ONU y su cruce con Donald Trump. Los saludos estarán, las palmadas en el hombro también. Lo que se sumará esta vez será una mirada distinta de parte de sus interlocutores, que no aciertan a entender por qué la Argentina decidió apartarse del rumbo que le marcó el fundador del PRO. Macri no renuncia a la posibilidad de un milagro, algo que le devuelva la chance de aspirar -aunque sea con baja probabilidad- a la reelección. Pero los mandatarios internacionales saben que una diferencia de quince puntos en una elección (no en una encuesta) es casi irremontable. Y si bien han visto con sus propios ojos que en el país con nuestra historia nadie puede sentirse dueño de la verdad hasta que se cuente el último voto, se preguntan si estarán en condiciones de hacerle un favor más al hombre que desplazó al kirchnerismo hace cuatro años, o tienen que guardarse alguna ficha para encausar a Alberto Fernández, un dirigente al que todavía no llegan a descifrar.

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Si la Argentina hace su parte, lo más probable es que los países desarrollados respalden en el directorio del FMI la liberación del último desembolso pendiente, de u$s 5400 millones. No tienen que tomar una decisión significativa para hacerlo, ya que la mayor carga está en manos de la administración Macri. No se trata de un nuevo préstamo, ni una ampliación, sino de algo cuyo costo ya se asumió. Creen que lo mejor sería evitar que el país entre en un nuevo descalabro, como sucedió en 2001 cuando la conducción del organismo liderada por Horst Kohler y Anne Krueger se cansó de alimentar un modelo (la convertibilidad) en el que no creían y suspendió el giro de fondos a Buenos Aires.

Lo que querrán saber con profundidad no es cómo se alcanzarán las metas fiscales pendientes, sino que tan comprometida queda la caja para el próximo gobierno. Porque si la necesidad empuja a la próxima administración a hacer una reestructuración de la deuda más fuerte, al FMI le costará someterse a ese corte. Por eso el consenso en Washington es que la decisión se tomará después del 27 de octubre, después de que puedan conocer de primera mano las ideas económicas del tándem Fernández-Fernández, en caso de que las urnas ratifiquen el resultado de las PASO.

A Trump le queda Bolsonaro como referente en la región. Pero tampoco querrá encender la chance de otro ciclo de kirchnerismo que potencie a Venezuela y a Bolivia. Los insumos de la decisión en juego no son solo dólares.

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