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Piden repavimentar la calle Sargento Cabral
El espacio con imperfecciones se encuentra entre calle Colón y Matías Zaballa Norte.
Los vecinos de calle Sargento Cabral (ex Colón) dicen que es insoportable transitar por el lugar. Es que las deformaciones del pavimento, los pozos y pocitos se extienden por más de 50 metros.
“Si alguien tiene la dentadura floja o es postiza, es mejor que ni pase por acá”, dijo entre risas don Julio Mercado, un vecino de la zona. “Pareciera como que anduvieses por una zona de pianitos”, agregó.
El espacio con imperfecciones se encuentra entre calle Colón y Matías Zaballa Norte.
Según contaron los vecinos, el problema se arrastra desde hace años, cuando el pavimento se hundió por la mala compactación que se hizo tras la obra de cloacas y una serie de filtraciones de agua potable.
“La primera vez que el pavimento se hundió, vinieron, bachearon, se volvió a hundir, volvieron a bachear y así durante años y por eso ahora tenemos este escenario”, dijo Marta, otra de las vecinas antiguas de la cuadra.
El reclamo fue elevado a la Municipalidad de la Capital hace unos meses y desde la municipalidad pidieron a los vecinos que hicieran lo mismo en Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE), y así lo hicieron, pero hasta el momento no tienen respuestas.
“No es mucho lo que tienen que hacer para que quede bien”, dijo Julio. “Y creo que el municipio y OSSE no se van a fundir por hacer esta obra”.
Por la zona transitan muchos vehículos de diferentes portes, inclusive colectivos de la Red Tulum que cuando pasan por el sector los pasajeros sufren las consecuencias.
“Es una zona complicada”, dijo uno de los choferes de colectivo, “pero como ya la conocemos, pasamos muy despacio porque si no el interior del colectivo se estremece mucho”.
Tal como muestran las fotos los bordes del pavimento también hay que mejorarlos, ya que en relación con la banquina quedan muy altos para los vehículos livianos, las motos y bicicletas.
“Muchos por esquivar las deformaciones y los pozos se abrieron, mordieron el escalón del pavimento y la banquina y se fueron al suelo”, contó otro vecino. “Por suerte sin desgracia, por ahora”, concluyó.