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El Cronista > Resultado fiscal

Cumplir con el FMI costará el doble: el déficit fiscal primario fue de 3% en 2021

El viento de frente internacional y la ausencia de ingresos extraordinarios eleva el punto de partida este año. El "déficit estructural real" es de 4% y el FMI quiere que sea menor a 2,5% este año.

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

Por Santiago Spaltro

El Ministerio de Economía informó ayer oficialmente que el déficit primario fiscal del año pasado cerró en $ 1,4 billones, el equivalente a 3% del Producto Bruto Interno (PBI). Asimismo, el desequilibrio financiero fue de $ 2,1 billones -un 4,5%-.

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Desde este punto de partida el Gobierno tendrá que bajar el déficit en 2022 y los años subsiguientes.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pide eliminar los desequilibrios fiscales en 2024, mientras que el Frente de Todos busca un acuerdo que dé espacio hasta 2027.

La tarea que tendrá Martín Guzmán, de todas formas, es titánica: bajar solo algunas décimas el déficit implicará un mega ajuste de las cuentas públicas, algo que no están dispuestas a ceder las cabezas políticas del Frente de Todos.

Subsidios energéticos, jubilaciones, salarios y la obra pública son los renglones que pide regular el Fondo y que para el Gobierno son casi imposibles de tocar.

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"Si no se quiere poner en riesgo la recuperación, no se puede frenar a uno de los motores principales, como la inversión en infraestructura (gasto de capital)", aseguran fuentes oficiales.

Buena parte del resultado fiscal del año pasado se explica por condiciones externas e internas que no se repetirán.

Por caso, este año no estarían presentes los altos precios internacionales de las materias primas que exporta la Argentina, que, además, bajarán en cantidad por la sequía.

Las tasas de interés de Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil van al alza para controlar la inflación y ralentizan la economía mundial.

No habrá nuevo reparto de recursos del FMI -Derechos Especiales de Giro-, ni se cobraría un nuevo aporte a las "grandes fortunas". El país se enfrenta a un viento huracanado de frente.

Para la consultora Labour, Capital & Growth (LCG), este escenario configura un "déficit primario estructural" de 4%, que es el punto de partida "real" de este año.

Es decir, el Tesoro tendrá que hacer un esfuerzo grande para que la recaudación tributaria crezca muy por encima de la inflación y que las partidas del gasto se ajusten sin detener el crecimiento económico ni deteriorar la ya frágil situación social.

En este escenario, la cautela fiscal que exhibió Guzmán a la salida de los peores efectos de la pandemia fue criticada por la vicepresidenta Cristina Kirchner; y, al mismo tiempo, resulta insuficiente para el FMI.

El cristinismo cree que había margen para elevar el gasto público y ayudar a salir de la crisis a millones de personas, lo que podría haber mejorado las chances electorales del oficialismo.

Entre la espada y la pared, el nudo gordiano de las negociaciones con el organismo está en mostrarle al mundo un plan económico "serio" -pedido expreso de Estados Unidos, Alemania y Japón, los principales accionistas-, que no es otra cosa que bajar el gasto público y/o subir los impuestos, ambos con efectos contractivos sobre la economía.

En la teoría ortodoxa del Fondo, eso colaboraría para reducir la emisión monetaria (menos inflación) y contener el crecimiento de la actividad, con caída de las importaciones y un saldo mayor de dólares para repagar los u$s 40.000 millones restantes del crédito que tomó el país en 2018.

Por lo pronto, la ex presidenta remarcó que el año pasado la Argentina pagó u$s 5160 millones al FMI entre capital e intereses, el equivalente a 1,1% del PBI; frente al 0,9% que insumió el gasto para enfrentar la Covid-19, cerca de $ 420.000 millones.

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