Día del Artesano: orfebrería y cerámica, el talento de crear en San Juan

El 19 de marzo fue seleccionado para conmemorarse el Día del Artesano, en honor al santo patrono católico y que tenía de profesión carpintero, San José. Miles de sanjuaninos colocan toda su pasión por el arte de crear piezas únicas que combinan la naturaleza y los valores que cada artesano le coloca. DIARIO HUARPE dialogó con dos artesanos que se dedican a la cerámica y la orfebrería, casualmente, dos de las profesiones que más han perdurado en el tiempo.

Ramiro López además brinda talleres para que más personas puedan conocer sobre el arte de la cerámica.

Ramiro López Lillo es un ceramista que se dedica a moldear con arcilla desde hace casi 20 años, toda una vida en la profesión. Comentó que su primer encuentro con la cerámica fue en la secundaria, en el Colegio Central Universitario, donde había elegido la modalidad de arte. “En ese momento no supe que iba a ser algo que me acompañaría toda la vida”, expresó. Luego comenzó a estudiar Artes Visuales y una excompañera le permitió reencontrarse con la cerámica. “Fui a un taller de Pepe Vilanova, un referente en mi carrera y eso fue un viaje de ida”, dijo. Allí se enamoró completamente de esta rama artística que combina la arcilla con el poder de moldear con las manos usando la creatividad. Su padre, Manuel López, fue quien le brindó los primeros materiales, comprándole un horno y realizando un quincho en la casa para que pudiera realizar sus obras.

Una de las piezas en cerámica esmaltada que creó Ramiro López.

Por otro lado, también destacó que la cerámica es una forma de terapia, de desconectarse del mundo, tiene su lado espiritual. “Si yo tuviera que definir mi relación con la cerámica, para mí es eso, un viaje de ida. Te permite conectarte con uno mismo, es un método de terapia, de relajación, es algo muy espiritual”, agregó.

Las vasijas, uno de los elementos utilitarios, donde coloca su toque artístico distintivo.

Por último, remarcó que dentro de la experimentación de materiales y técnicas, trabajó con la arcilla sanjuanina y con técnicas precolombinas. “La arcilla local contiene mayor porcentaje de óxido de hierro, por eso su color más rojizo. Es un material que usaban nuestros ancestros acá en San Juan. Incluso fuimos a brindar talleres a Angualasto, donde hay muchísimas culturas que prevalecen en el tiempo”, destacó. Finalizó agregando que junto a dos compañeras, Marina y Marisa, tienen un taller “La Tetera”, donde dan clases de cerámica y comparten labores con otros emprendedores sanjuaninos.

En el mundo de la orfebrería, Denis Moya es una artesana que experimenta con los metales, creando piezas únicas, tanto para usarlas como joyas, como así también piezas artísticas dignas de exponerse en museos. Con paisajes coloridos en dijes de metal, hasta aros con formas de flores y hojas, la socióloga apostó al arte. “Comencé en esto cuando estaba cursando un posgrado y me invitaron a un taller de orfebrería. Por lo general lo realizaba como hobby, no mucho como un emprendimiento y así seguí”, dijo Moya.

Denis Moya fue quien creó el cristo y el anillo a uno de los arzobispos sanjuaninos.

Cuando comenzó a trabajar con el metal, ella comentó que le pasó algo muy extraño, ya que sentía que le faltaba algo al mismo, le faltaba color. “A través de una técnica de remache empecé a combinar materiales, agregándoles un tejido a crochet, acorde a la mano me iba llevando, pero le seguía faltando color”, dijo. Es ahí cuando descubrió la técnica a través de un polvo de vidrio que se coloca arriba del metal y con la temperatura del horno, el fuego va fundiendo y fusionando para darle colores únicos. “El metal me guía para saber lo que quiere, así lo percibo yo”, agregó.

Una colección inspirada en la naturaleza creada por la orfebre Denis Moya.

Por último, la orfebre dejó un contundente mensaje: “el artesano es una expresión del alma. La diferencia la hace la mano y ese tiempo de trabajo, diseño, la gente muchas veces no lo aprecia. Aunque no compren, está bueno que reconozcan el trabajo. Los halagos sobre los productos pincelan el alma, eso hay que valorar. El arte es sano, es valor puro y eso es lo que hay que destacar”, finalizó.