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Sociedad > Cuidado de las plantas

Fertilizante casero con clorofila para plantas más fuertes y floridas

Descubrí cómo preparar un abono natural y económico a base de clorofila que mejora la salud y el crecimiento de tus plantas, ideal para cuidar el jardín durante la primavera.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Se recomienda aplicar fertilizantes equilibrados que contengan nitrógeno, fósforo y potasio cada cuatro o seis semanas. Foto: Gentileza

Con la llegada de la primavera, las plantas requieren cuidados especiales para desarrollarse con vigor y exhibir un follaje saludable. En este contexto, un fertilizante natural elaborado con clorofila se ha popularizado entre los aficionados a la jardinería casera por su eficacia y bajo costo.

La clorofila, pigmento verde presente en hojas, algas y algunas bacterias, juega un papel esencial en la fotosíntesis y contiene magnesio, un mineral vital para fortalecer la estructura celular de las plantas. Al aplicarse en el suelo, ayuda a mejorar la absorción de nutrientes, mantiene las hojas verdes y fomenta un crecimiento robusto.

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Expertos en jardinería aseguran que este tipo de fertilizante es especialmente beneficioso durante la primavera y el otoño, estaciones en las que las plantas demandan un aporte extra de nutrientes para su desarrollo.

Preparación del fertilizante casero: se requiere un litro de agua y hojas de árboles siempre verdes o malezas ricas en nutrientes. Las hojas deben cortarse en trozos pequeños y licuarse con el agua. Luego, la mezcla se calienta a baño maría durante algunos minutos para extraer la clorofila, que no se disuelve fácilmente en agua. Este abono debe aplicarse cada 15 días para obtener resultados visibles y efectivos.

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Este método, valorado por su carácter natural y económico, permite nutrir las plantas de forma directa y revitalizarlas ante signos de debilidad como hojas amarillentas o crecimiento limitado. Además, favorece un cuidado sostenible al utilizar ingredientes fáciles de conseguir en la naturaleza, evitando el uso de productos químicos.

Además del fertilizante, es fundamental prestar atención al riego y al estado del sustrato en primavera. Las plantas deben regarse cuando las hojas se vean marchitas o el suelo esté seco al tacto, evitando el exceso de agua para prevenir encharcamientos. Contar con un buen sistema de drenaje en las macetas es clave para preservar la salud de las raíces.

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Para complementar el cuidado, se recomienda aplicar fertilizantes equilibrados que contengan nitrógeno, fósforo y potasio cada cuatro o seis semanas, siguiendo siempre las indicaciones para evitar daños por sobre fertilización.

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