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Juana Repetto confesó las inseguridades que sufre por su embarazo

Juana Repetto confiesa el difícil impacto de los cambios corporales en su tercer embarazo, reviviendo viejas inseguridades.

POR REDACCIÓN

Hace 1 hora
La figura pública se sincera sobre la presión de los estándares estéticos.

Juana Repetto volvió a mostrarse honesta y descarnada sobre los cambios en su cuerpo durante su tercer embarazo, evidenciando que, detrás de la figura pública, subyace una historia de inseguridades que la atraviesan más allá del plano físico.

La influencer se refirió a lo difícil que le resulta procesar la transformación corporal y el impacto emocional en su autoestima y la mirada ajena. Al comparar este proceso con sus embarazos anteriores, Juana reconoció la complejidad del momento.

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“Sentía que no tenía novio y que nadie me quería y que no me iban a dar bola porque era gorda. Me está costando un montón verme con otra morfología este embarazo”, confesó Juana Repetto.

Recordó que durante la gestación de su hijo Toro, su peso inicial era el mismo que tiene actualmente con casi seis meses de embarazo, pero la sensación era completamente diferente: “Con el de Toro, yo me quedé embarazada con el peso que tengo hoy, ahora, embarazada, es... casi seis meses. Y estaba muy embarazada, me importaba nada”.

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Al repasar su experiencia previa con Belisario, Juana fue contundente sobre el contraste emocional que tuvo en ese entonces: “Con Beli venía de haber hecho mi gran cambio con los grupos y qué sé yo, y estaba en mi mejor momento, en el momento de que mejor me sentí con mi cuerpo. La primera vez en mi vida, en la historia de mi vida, que me veía linda, me gustaba cómo me veía en el espejo, estuve bastante cuidadosa”.

Este nuevo embarazo, que la sorprendió en una etapa de muchas transiciones personales, le presenta un doble desafío. “Y este embarazo, que me tomó absolutamente por sorpresa, en un momento de mi vida de mucho cambio, mucha cosa, mucha ansiedad, no contarlo... Los primeros meses no le conté a nadie. Me daba pánico decirlo porque era todo muy especial. Y la ansiedad, un viaje que hice a Disney, todo, y ya me empecé a clavar los pa-pa-pa-pa. Subí mucho de peso al principio y es como que no me reconozco con el cuerpo”.

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Juana admitió cuánto le afecta verse en la actualidad: “Me está costando un montón o me veo en el programa y me veo la papada, los brazos, y me molesta”.

La actriz no esquivó el origen de sus inseguridades y reconoció que a la gente le cuesta escuchar este tipo de comentarios. “Y a la gente le cuesta escuchar eso, porque te dicen: ‘Qué mambos tenés con el cuerpo’. Yo siempre digo lo mismo: ‘Yo tengo mambos con el cuerpo porque soy una víctima’”.

Juana Repetto explicó que sus inseguridades provienen de su pasado. “Yo la pasé mal en el colegio, de chiquita, siempre fui muy insegura con los hombres, yo sentía que no tenía novio y que nadie me quería y que no me iban a dar bola porque era gorda. Fin del comunicado, o sea, le guste a quien le guste, no le guste a quien no le guste. Me pasó eso. De chiquita la pasé mal porque había que cumplir con ciertos estándares de belleza y las novelas que veíamos eran todas chicas mega hegemónicas, flaquitas y que si tenían un gramito de grasa de-- en la novela misma decían: ‘Ay, estoy gorda’. Entonces, una tenía como ese parámetro, yo estaba lejísimos y me quedó. Me quedó para siempre”.

Al recordar que logró, alrededor de los 29 o 30 años, sentirse cómoda con su cuerpo y verse bien, Juana reconoció el esfuerzo y lo difícil que es, incluso hoy, sostener esa armonía. “Por primera vez logré tener un cuerpo con el cual yo me sentía cómoda y me veía bien a los 29 años, 30 más o menos. Me cuesta un montón cuando veo que me estoy descarrilando, porque es un-- para mí es un-- fue un laburo lograr estar bien y cómoda con mi cuerpo. No es algo natural. Después me acostumbré, se instalaron esos hábitos en, en mi casa, en mi vida, sobre todo también por mis hijos”.

Rescató la importancia de la alimentación saludable en su núcleo familiar, pero fue honesta sobre el costado emocional que todavía acarrea. “Nosotros acá comemos saludable, comemos bien y una cosa lleva la otra, ¿no? Es reimportante, sobre todo por la salud. Pero no voy a mentirte que a mí por lo menos me quedó el maldito ese. Sigo siendo insegura con los hombres, con todo", cerró.

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