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La Historia del Loco Amín, el asesino de Herbalife: le sacó los ojos a su mujer y dijo estar poseído
Le arrancó los ojos a su esposa en un hotel de Tucumán y montó un circo en los tribunales. Aunque los peritos confirmaron que estaba en sus cabales, la Justicia ahora le concede permisos para salir de prisión, desatando la indignación de la familia de la víctima.
POR REDACCIÓN
En la madrugada del 28 de octubre de 2007, el lujo y la tranquilidad del hotel Catalinas Park de Tucumán se quebraron para siempre. Lo que ocurrió en la habitación 514 se transformó en uno de los crímenes más aberrantes y recordados del país: Pablo Maximiliano “El Loco” Amín, un joven vendedor de Herbalife de 24 años, asesinó a su esposa, María Marta Arias, de 23, con una crueldad que estremeció a la sociedad.
Minutos después de haber estrangulado, mutilado y arrancado los ojos a su pareja, Amín fue encontrado desnudo, arrastrando el cuerpo inerte de María Marta por las escaleras del hotel. A su detención, le espetó a los policías una frase que quedaría grabada en el expediente: “No se preocupen, estoy en estado de emoción violenta”.
El perfil del “Loco”
Amín y Arias, oriundos de Santiago del Estero, llevaban apenas tres meses de casados y habían viajado a Tucumán para una convención de la empresa de productos dietéticos. Horas antes del femicidio, el comportamiento de Amín se tornó errático y paranoico. Discutió con un compañero, creyendo que querían sacarlo del negocio; irrumpió en la Catedral pidiendo ser bautizado; bebió agua bendita de una jarra y fue demorado por la Policía después de arrojarse sobre un patrullero, suplicando que lo encerraran porque se sentía perseguido.
“Una voz interior me decía: ‘bajate de ahí porque te quieren matar’”, declararía luego sobre esa noche. Esa misma voz, según su relato, lo acompañó hasta la habitación del hotel. Ya en la cama, una pregunta a su esposa sobre por qué se había demorado en buscarlo al hospital desató el infierno. “Ahí me enloquecí”, contó. “Me subí arriba de ella... con las dos manos y con todas mis fuerzas la empecé a asfixiar hasta no dar más”.
El juicio: un circo de simulaciones y amenazas
El proceso judicial no fue menos escandaloso que el crimen. Amín, representado por los abogados Martín Zottoli y Roberto Flores, desplegó una estrategia defensiva basada en la simulación de la locura. Durante las audiencias, se presentó con trajes diminutos, escupió el piso, tomó agua sin cesar, balbuceó palabras inentendibles y amenazó a presentes, incluido el hermano de la víctima y su propio abogado querellante.
En el interrogatorio inicial, su delirio fue absoluto. Afirmó ser el dueño del Bayern Munich, de Herbalife, rector de la Capilla Sixtina y decano de una facultad de agronomía. Se inventó una genealogía de celebridades internacionales y aseguró llamarse “Teniente coronel Mohamad Kadafi Sahara Lalifa Amin Botruis Kairut Juan Manuel Omar Víctor Hugo Zelaya Alex Day”.
Sin embargo, los peritos fueron contundentes. La psiquiatra Carina Cejas, quien lo trató en prisión, diagnosticó un “trastorno asocial de la personalidad”. “Es egocéntrico, tiene muchísima habilidad para manipular y no sabe lo que son la culpa ni la angustia”, declaró, y sentenció: “¿Amín está loco? No”. La junta médica lo declaró imputable: sabía lo que hacía.
Condena perpetua y un futuro incierto
En septiembre de 2009, Amín fue condenado a prisión perpetua por homicidio agravado por ensañamiento (la figura de femicidio no existía entonces). Debido a la peligrosidad del caso, se convirtió en el primer recluso de la Unidad de Máxima Seguridad del penal de Villa Urquiza, donde permanecía encerrado 23 horas al día.
El tiempo pasó, y con él, los plazos legales. A pesar de la oposición del Ministerio Público Fiscal y de la familia de María Marta, en 2023, tras 16 años de encierro, un juez de Ejecución Penal le otorgó el beneficio de salidas transitorias. Desde entonces, Amín sale dos veces por semana del penal, custodiado por agentes penitenciarios y con un dispositivo electrónico, para permanecer en un domicilio determinado.
Su abogada, Ruth Mariela Mayer, defiende el beneficio: “Está estabilizado, todos los informes son favorables y su médico dijo que Pablo no va a volver a matar”. Asegura que Amín estudia Derecho y ansía trabajar.
Del otro lado, el dolor y la indignación persisten. Mario Leiva Haro, abogado de la familia Arias, considera las salidas “una burla”. “Amín no reflexionó ni asumió el hecho, lo sigue negando. Sigue siendo un peligro”, afirma.