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Los cabos sueltos en la búsqueda de Jennifer
A la Justicia le parece extraño el caso de la joven oriunda de La Bebida. La mujer tiene 19 años y fue vista por última vez el miércoles.
Por Germán González
El último contacto que mantuvo Jennifer Villarruel con su familia y amigos fue el miércoles. La estudiante de Arquitectura de 19 años y oriunda de La Bebida salió de su casa en la madrugada para ir a rendir una materia a la facultad. Sin embargo, no volvió y su teléfono quedó apagado. Luego trascendió que la joven tomó un vuelo a México desde Ezeiza en la noche y la Justicia sospecha que lo hizo engañada por algún desconocido.
Los cabos sueltos de la investigación son que Jennifer no se llevó ropa y tampoco contó a un amigo o a un familiar de la decisión que había tomado, lo que hace suponer a los investigadores que el caso puede ser más grave. Las hipótesis que manejan desde la Justicia es que se fue por amor o por una propuesta de trabajo, que algún desconocido le ofreció personalmente o por redes sociales y le pagó el pasaje. La peor sospecha es que pudo ser engañada y captada por una red de trata, pero aún la investigación de la causa es incipiente.
El hecho concreto por ahora es que la joven partió en un vuelo hacia México a las 23,10 del miércoles desde el aeropuerto internacional de Ezeiza. Lo hizo a través de la empresa Aeroméxico, indicaron fuentes judiciales.
La familia tuvo un último contacto con Jennifer en la siesta del miércoles vía teléfono, al igual que con su amiga Laura García. Otro conocido dijo que la vio por Avenida La Rioja en la tarde de ese día. Salió a las 8 de su casa de La Bebida, en Rivadavia, para ir a un examen de su carrera universitaria.
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Su amiga Laura contó a DIARIO HUARPE que Jennifer estaba ansiosa por empezar a trabajar y buscaba oportunidades por redes sociales, por eso teme por lo que le haya pasado.
La intervención de la Justicia:El juez Juan Pablo Ortega, del Primer Juzgado Correccional, ordenó una serie de medidas: solicitó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto de Ezeiza, pidió información del comprador del pasaje a la empresa Aeroméxico y requirió a la Policía la lista de llamadas y mensajes de la línea de teléfono que tenía la estudiante, según fuentes judiciales.