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Un viaje de 4.674 km desde Venezuela, sólo para encontrar tranquilidad en San Juan

Son alrededor de 500 venezolanos los que viven actualmente en la provincia y la mayoría la eligió por un motivo: la calma. 

13 de junio de 2022

Los venezolanos que viven en San Juan, de manera estable, son aproximadamente 500. Personas que tuvieron que viajar, kilómetros más, kilómetros menos, una distancia de 4.674 km hasta arribar a la provincia. Según ellos mismos, este lugar les ofreció seguridad, tranquilidad y comodidad. Esta colectividad es cada vez más común en Argentina y sus integrantes se vuelven, poco a poco, sanjuaninos por elección. Con el objetivo de conocer esta colectividad que se transforman en coterráneos y en el contexto del 460º aniversario de la fundación de San Juan,  DIARIO HUARPE estuvo en el restaurante “Sabores del Caribe”, cuyos dueños y trabajadores forman parte de la comunidad venezolana en el país, quienes afirmaron que aquí encontraron lo que siempre buscaron.

Estefanía Sequera Durán, de 33 años, es la dueña de “Sabores del Caribe” y llegó a San Juan hace cinco años cuando decidió, junto a su marido, buscar un futuro fuera de Venezuela. Según comentó Estefanía, son alrededor de 500 los venezolanos que viven de manera permanente en San Juan, ya que si bien las cifras oficiales son indican que son cerca de 1.000, muchos no residen directamente en la provincia. La mujer explicó que muchos ciudadanos venezolanos llegan a la provincia porque aquí encuentran la tranquilidad de una ciudad pequeña, la estabilidad económica y la confianza que no encontraron en otros sitios.

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Estefanía Sequera Durán, llegó hace 5 años a San Juan junto a su marido Pastor y su hija Ana Paula. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

En relación con esto, la mujer indicó que San Juan, para ellos, está cargado de personas abiertas de mente y dispuestas a ayudar. Según admite, todos los venezolanos que conoce forman una parte de una familia sanjuanina, que los acobijó y los acompañó en sus primeros momentos en la provincia.

“En San Juan nos recibieron siempre con mucho amor, comprensión y empatía. Los sanjuaninos están ayudando siempre y todos son curiosos por nuestra cultura, nos respetan”, comentó al respecto Estefanía.

De hecho, la llegada de Estefanía y su familia tuvo mucho que ver con el calor sanjuanino. Es que su marido, llamado Pastor Martínez, viajó a Buenos Aires, a fines del año 2016, en búsqueda de un futuro mejor y más estable para su esposa y su hija, Ana Paula. Estuvo unos meses en la capital argentina solo, trabajando para un restaurante, ya que es chef.

Pastor Martínez, dueño junto a su esposa de "Sabores del Caribe". Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Cuando Pastor vio que su situación económica permitía que Estefanía y Ana Paula llegaran a la Argentina, decidió traerlas. En Buenos Aires estuvieron viviendo durante aproximadamente seis meses en un hotel. Sin embargo, la vida en esas condiciones se les hizo insostenible y fue ahí cuando una amiga sanjuanina les dio la oportunidad de mudarse a San Juan.

“Mabel, una amiga sanjuanina que se hizo mi marido en Buenos Aires, nos dijo que nos abría las puertas de su casa para que nosotros viviéramos tranquilos hasta que pudiéramos encontrar un alquiler. Investigué y vi que la vida en la provincia era muchísimo más barata y que todo era más tranquilo. Decidimos priorizar nuestra calidad de vida y viajar a San Juan”, contó al respecto Estefanía.

Una vez en San Juan, tuvieron diferentes trabajos. Pastor fue quien se desempeñó en su rubro, la gastronomía. Sin embargo, la experiencia para la mujer fue muy diferente, ya que tuvo que desarrollar tareas que nada tenían que ver con su título de publicista. Esta frustración la llevó a incursionar en la venta de comida típica venezolana y, poco a poco, nació “Sabores del Caribe”.

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Hace un año que abrieron su local y tomaron la decisión de que la mayoría de sus empleados sean sus coterráneos. Es así como dentro del restaurante que llegaron a conformar, emplean alrededor de siete venezolanos.

Uno de ellos es Atahualpa Vegas, quien es dueño de la barra de cerveza que ofrecen en “Sabores del Caribe”. Este hombre es profesor de música y puntualmente es titular de la cátedra de corno francés de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).

Atahualpa llegó a la provincia con un futuro un poco más certero que los que tenían Estefanía y Pastor en aquel tiempo, pero con la misma necesidad de lograr estabilidad laboral y económica. “La propuesta que me hizo la UNSJ me brindaba muchísima seguridad y eso que trabajé en otras universidades, pero nunca como aquí”, explicó.

En este sentido, otra de las comodidades que les ofreció la provincia está íntimamente relacionada con la tranquilidad respecto a los hechos de inseguridad. Según dijo Atahualpa, “acá podés andar caminando a las 12 de la noche y no te pasa nada. No en cualquier lugar es así”.

Otro de los ciudadanos venezolanos que opina de la misma manera es Maridy Cordero, quien es prima de Estefanía y llegó a San Juan gracias a la experiencia de su familiar en la provincia. Además de la tranquilidad, la mujer explicó que le sorprendió la apertura de mente de los sanjuaninos, las ganas de conocer cosas nuevas. “Acá la gente es muy buena onda”, admitió.

Maridy Cordero está hace tres años en la provincia. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

En relación a la ciudad y sus beneficios, María José Orellanas, quien llegó junto a su marido que es un venezolano hijo de sanjuaninos, dijo que la dinámica en la que se mueve la provincia la fascinó. Los espacios verdes, la cantidad de cosas que hay para hacer y, sobre todo, su gente solidaria y con buenas intenciones.

María José Orellanas llegó hace unos meses a San Juan. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Sin dudas, según comentaron todos los venezolanos a DIARIO HUARPE, la provincia les ofreció todo aquello que no pudieron encontrar en ningún otro lugar: tranquilidad, paz y seguridad económica. Ellos admitieron que encuentran la provincia como su hogar y que no pretenden mudarse de nuevo, ya que el desarraigo que sentirían sería muy grande. De hecho, hasta piensan en traer a sus familiares al país.

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